Estilo de Vida

Confirman que el ejercicio físico combate los dolores crónicos

La actividad física regular mejora aspectos vinculados a la movilidad y flexibilidad

Ejercicios de abdominales
Actividad física Los ejercicios de abdominales también son ideales para corregir postura y prevenir dolores de espalda. / Foto: Pixabay

Quienes padecen o padecieron alguna vez de dolores crónicos, entienden la magnitud del problema, lo incómodo que puede llegar a ser en el día a día y, sobre todo, lo traumático. Cuando se considera “dolor crónico”, se refiere a una molestia que persiste durante más de tres meses y que altera la calidad de vida de las personas que lo padecen.

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Su presencia prolongada puede generar importante impacto en el ámbito psicológico, físico, profesional, social y académico, por ello, su tratamiento, aunque sea bastante largo, debe ser atacado hasta que éste puede ser controlado y el mejor de los casos, desaparecido.

Entre sus posibles soluciones, especialistas aseguran que la constante ejecución de ejercicio físico puede ser la gran solución. Es cierto que con patologías crónicas pareciera que es imposible que se puede realizar actividad aeróbica, no obstante, investigadores de la Universidad de Portsmouth, Inglaterra, insisten que dicha práctica es una de las más efectivas para contrarrestar la problemática.

Los dolores de espalda y cuello pueden volverse crónicos por el peso de un pecho muy grande.

Control de dolores crónicos

Publicado en la revista Plos One, es estudio británico indica que gracias a la realización de ejercicios físicos de manera contante se puede disminuir y combatir los dolores crónicos, ya que además de atacar la zona afectada, el ser humano comienza a tolerar de a poco y manera ascendente los distintos niveles de dolor, a diferencia de las

La determinación científica se generó con la comparación a la resistencia al dolor de más de 10.000 pacientes en dos momentos de la vida separados por diez años, analizándose cómo es la diferencia en el umbral del dolor entre los sedentarios y aquellos que llevan a cabo una actividad física con cierta frecuencia

Lo resultados fueron claros: los sedentarios desarrollaron una tolerancia al dolor más baja y aquellos más activos tienden a aumentar ese umbral. “Estos resultados respaldan el aumento de los niveles de actividad física como una posible vía no farmacológica para reducir o prevenir el dolor crónico”, afirmaron los investigadores en el resumen del estudio.

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