Ante un momento duro en la economía, todos los rubros se han tenido que reeinventar y renovar. En este marco, las heladerías en todo el mundo han buscado formas creativas de vender este producto que ha sido famoso por años. Gelato de limón en Italia, una barrita de kulfi de caramelo en Nepal, una paleta de canela en México, o un cucurucho de maíz inflado en forma de “J” relleno de helado suave en Seúl.
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Por su parte, los norteamericanos tienden a ser fieles al chocolate, la vainilla y al helado con trozos de galleta, según la Asociación Internacional de Alimentos Lácteos.
Sin embargo, el mundo del helado ha tenido sus revoluciones. Según reseñó The Independent, al rededor del mundo en los helados existen ingredientes florales como la rosa, el azahar, la lavanda y el jazmín, y notas herbales como el azafrán y el estragón. Otra tendencia son las combinaciones inusuales de salado y dulce.
“Jeni’s Splendid Ice Cream tiene un sabor ‘Everything Bagel’ con helado de queso crema y pequeños pedazos de bagel”, dijo Taylor Ann Spencer, redactora adjunta de Delish.com.
Liz Sgroi, directora ejecutiva de Food Network Magazine, señala una colaboración esta primavera entre Van Leeuwen y Hidden Valley en un helado con sabor a aderezo ranch.
Los heladeros, como muchos chefs, están adoptando una despensa internacional, dice Alana Al-Hatlani, redactora adjunta de alimentación de la revista Southern Living. “Me he dado cuenta de que hay muchos sabores nuevos de cítricos, además de limón, naranja y lima, como calamansí, naranja china y mandarina”, señaló. En su ciudad, Birmingham, Alabama, la empresa de helados artesanos Big Spoon Creamery tiene un sabor a pastel de limón yuzu, por ejemplo.
Spencer destaca la heladería Salt & Straw, de Oregón, por “combinaciones como pistache con azafrán e hibisco y coco”. Otras propuestas suenan como un cálido abrazo en forma de helado: Té con leche de jazmín con virutas de almendra bañadas en chocolate, o crumble de ruibarbo con anís tostado.
