Para cualquier aspecto de la vida, la hidratación es fundamental e indispensable para preservar de la mejor manera a la salud, misma característica super elemental cuando se finaliza alguna rutina o tipo de actividad física para cuando se necesita recuperar líquidos perdidos.
A lo largo de la historia se nos ha enseñado que el agua es la mejor arma para mantener una correcta hidratación, sin embargo, algunos personan apuestan por las bebidas isotónicas o deportivas, otros recurren a ciertos tipos de infusiones y algunos pocos beben leche, ya que aporta ciertas diferencias poco conocidas a este proceso.
Agua o leche para hidratarse
Varias investigaciones han analizado los efectos de rehidratarse con leche después de una actividad física de relativa exigencia, comparando el lácteo con bebidas estimulantes con evidencias positivas de hidratación como el café, el té y bebidas deportivas.
Un estudio de 2007 realizado por investigadores de la Escuela de Ciencias del Deporte y del Ejercicio de la Universidad de Loughborough, en el Reino Unido, demostró que los deportistas perdían menos orina cuando bebían leche que cuando ingerían agua o una bebida deportiva, lo que, en teoría, indicaba una mejor retención de los líquidos y una mejor hidratación postesfuerzo.
Otro estudio desarrollado por la Universidad St. Andrews de Escocia, determinó que las bebidas que tenían un poco de azúcar, grasa o proteína hacían un trabajo aún mejor porque mantienen el cuerpo hidratado por más tiempo, superando al agua tanto en su presentación natural como con gas y lograban un trabajo bastante bueno para humedecer rápidamente el cuerpo, aunque no por mucho tiempo.
Ron Maughan, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de St Andrews, indica que la leche contiene naturalmente sal y lactosa, un azúcar que necesitamos en pequeñas cantidades para ayudar a estimular la absorción de agua en el intestino, pero, hay otra razón que hace que le leche tenga mejores efectos hidratantes que el agua: contiene electrolitos y macronutrientes, que ayudan al cuerpo a mantener el equilibrio de líquidos.