Con el pasar de los años uno de los miedos más grande que desarrolla el ser humano es en saber en que condiciones físicas y mental podrá afrontar la etapa de la tercera edad, situación que consciente y hasta inconscientemente genera bastante incertidumbre.
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Por ello, el mundo de la medicina es insistente y reiterativo en desarrollar una vida en base a grandes cuidados bien sea en la manera en que se alimenta y los ejercicios físicos necesarios para preparar de una mejor manera al cuerpo para luchar contra las distintas lesiones que se presenten.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 50 millones de personas sufren algún tipo de demencia en todo el mundo y entre un 5 y un 8% de la población mayor de 60 años la padecerá en algún momento de su vida.
Protección cerebral con vitamina B
Aunque en la actualidad no existe algún tipo de cura para combatir la demencia, algunos medicamentos y ciertos alimentos pueden frenar el deterioro cognitivo. En ese sentido, la investigadora de Harvard, Uma Naidoo, publicó un libro, This is your brain in food (Lo que la comida le hace a tu cerebro), una guía con alimentos que se pueden comer y otros que se deberían evitar.
La especialista asegura que hay que tener muy presente las vitaminas en nuestra alimentación, especialmente la vitamina B de la siguiente manera:
· Vitamina B-1, o tiamina, ayuda a realizar funciones celulares básicas y con el metabolismo de distintos nutrientes. Tener bajos los niveles de esta vitamina puede causarnos problemas con nuestra función cognitiva.
· Vitamina B-12 es “esencial para la formación de glóbulos rojos y el ADN, pero también apoya al sistema nervioso, el desarrollo y la función cerebral”, apunta la experta.
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· Vitamina B-2 ayuda a producir energía y descomponer grasas. Mientras que la B-3, se encarga de trabajar con enzimas que producen colesterol y grasa que son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
· Vitamina B-6 previene enfermedades, hasta el punto de que tener unos niveles adecuados de esta vitamina disminuye el riesgo de cáncer.
· Vitamina B-7 se encarga de que la comunicación cerebro-cuerpo sea rápida.
· Vitamina B-5 ayuda a descomponer “ácidos grasos para obtener energía”, y la y la B-9, conocida como ácido fólico, se encarga de ayudar “con la función óptima de los neurotransmisores y la salud cerebral”.