Estilo de Vida

Si quieres controlar y eliminar los ronquidos en la menopausia, sigue estos consejos

La problemática afecta seriamente el dormir de quienes lo padecen y a sus acompañantes

La menopausia es inevitable si se transcurre el paso de la vida, eso hay que aceptarlo sí o sí a pesar de las distintas problemáticas que conlleva su transitar. Entre las variadas características se encuentra el desarrollo de fuertes ronquidos al momento del descanso nocturno, situación bastante incómoda que afecta seriamente el descansar de todos los involucrados, generando en el futuro problemas de cansancio, ansiedad y en la memoria.

Con la menopausia, las mujeres empiezan a roncar más de lo normal debido a la reducción de los niveles de estrógeno y progesterona. Durante la fase transitoria hacia la menopausia, los ovarios de la mujer dejan de producir gradualmente ambas sustancias, agudizándose los ronquidos.

Problemas por los ronquidos

La National Sleep Foundation, en los Estados Unidos, afirma que, tras la llegada de la menopausia, la mujer tiene más posibilidades de sufrir insomnio y mayores pausas en la respiración nocturna, lo que puede derivar en una apnea obstructiva del sueño, una enfermedad que sí puede ser grave.

Juan Carlos Vázquez Barro, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña, España (Chuac), explica que “durante las etapas del embarazo y la menopausia puede incrementarse el ronquido en el caso de las mujeres. Esto es debido a factores hormonales que pueden provocar una mayor vibración y flacidez en las estructuras faríngeas”.

Recomendaciones para evitar los ronquidos

· Controlar el peso, ya que el sobrepeso y la obesidad aumentan los ronquidos por la acumulación de grasa en los músculos del cuello, que estrecha la vía aérea y dificulta la salida de aire.

· Seguir una dieta sana y equilibrada.

· Hacer ejercicio de manera regular.

· Evitar el tabaco y el alcohol.

· Reducir la cafeína.

· Reducir el estrés.

· Usar una almohada especial que permita que la cabeza y la garganta estén alineadas y así se pueda respirar mejor.

· Evitar dormir boca arriba, ya que la lengua y otros tejidos se van hacia atrás y constriñen la vía aérea.

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