Es un tema que ha estado en boca de muchas personas comunes y especialistas en medicina durante décadas para determinar si el consumo de vino en porciones limitadas o controlada es verdaderamente una realidad o un simple mito. En este caso, una nueva investigación publicada en la revista JAMA Network Open, pone muy contento a los amantes y consumidores de la bebida etílica tinta.
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Investigación llevada a cabo por científicos brasileños de la Fundación de Apoyo a la Investigación de São Paulo (FAPESP), asegura que con tomar de forma moderada un máximo de una copa de vino por día, puede ser bastante positivo para la salud humana, en especial, el corazón y la flora intestinal.
Beneficios del vino
Existen una variedad de presentaciones con respecto al vino tinto, entre los que se destacan en el mercado: Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Merlot, Syrah, Carmenere y Malbec. El análisis de los expertos brasileños indicaron que todos los tipos son capaces de generar buenos dividendo a la salud, sin embargo, el Merlot podría ser considerado el actor principal entre todos los vinos.
Protasio Lemos da Luz, cardiólogo e investigador senior del Instituto del Corazón (InCor), explicó al medio O Globo el porqué de la investigación y algunas de las conclusiones: “El interés por estudiar la interacción del vino con la flora intestinal surgió porque, en los últimos años, el microbiota ha sido identificada como un participante importante en la salud humana cuando se relaciona con diversas enfermedades, como las cardiovasculares, cánceres e incluso trastornos del espectro autista”.
El análisis contó con la presencia de 42 pacientes de un promedio de 60 años con enfermedad arterial coronaria (EAC), una condición que causa obstrucción de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón. Cada uno de ellos tomó un vaso de 250 ml de vino tinto al día, durante tres semanas. La bebida fue producida con uva merlot por el Instituto Brasileño del Vino, especialmente para el estudio, y tenía una concentración de alcohol del 12,75%. Luego, los voluntarios permanecieron durante el mismo período, 21 días, en abstinencia de alcohol.
“Demostramos que una intervención habitual [utilizada por varias poblaciones, como las de España, Francia, Italia, Portugal y el sur de Brasil] puede interferir con la flora intestinal y la metabolómica plasmática (metabolitos presentes en el plasma), lo que explica en parte los efectos beneficiosos del vino observados en estudios a lo largo de los años. Sin embargo, advertimos que el consumo excesivo de alcohol, es decir, superior a 30 gramos [en el caso del vino, 250 ml] por día, es malo y se asocia con aumentos en la mortalidad por cánceres, accidentes y muertes violentas”, concluyeron los especialistas.