En ocasiones, la Justicia no es justa. Como por ejemplo, el caso de una mujer en Reino Unido, que recibió una sentencia por parte de un tribunal de pagarle 35.000 euros por daños y perjuicios al hombre que abusó de ella.
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La victima, Kirsty Easthope, tendrá que además permitir al abusador, quien era pareja de su madre durante una década, que viva en la casa familiar y también tendrá que pagar los honorarios legales del hombre.
Easthope, de 52 años, acudió a la policía después de la muerte de su madre, en 2013, para denunciar que Hepple había abusado sexualmente tanto de ella como de su hija de 14 años, y desde allí iniciado la disputa legal.
El abusador, Arthur Hepple, quien ahora tiene 84 años, no tenía condenas previas, pero recibió una sentencia de prisión suspendida en 2014 y fue añadido al registro de delincuentes sexuales. Posteriormente, en 2017, fue puesto tras las rejas por otro ataque sexual contra una mujer y su hija adolescente.
El fallo sigue a una disputa sobre el testamento que dejó la madre de Kirsty, Irma Barnett, donde establecía que se le permitiera a Hepple vivir en la casa por el resto de su vida.
Kirsty, quien renunció a su derecho legal al anonimato para hablar sobre su terrible experiencia, dijo: “No entiendo cómo él no se siente avergonzado y cómo puede querer vivir donde no es bienvenido. He sido una víctima a lo largo de todo esto, pero no ha habido compensación por mi sufrimiento sino consecuencias financieras catastróficas, y mi salud mental ha sufrido inmensamente”.
“Me he sentido tan devastada y sin esperanza que a veces sentía que no valía la pena vivir la vida”, añadió. “Si mi madre hubiera sabido de las acciones de Hepple, creo por completo que habría cambiado su testamento y lo habría sacado de su casa”, aseguró.
Easthope también contó que su madre comenzó a desarrollar demencia en 2003 y ya no tenía la capacidad de entender y cambiar su testamento antes de morir en 2013.