Los años pasan y no lo hacen en vano y aunque se pueda tener todavía cierto grado de juventud, el día a día repleto del trajín laboral y familiar, agotan por completo al físico y la mente, situación que genera que, en la primera oportunidad de tiempo libre en vez de realizar alguna actividad física lo que se quiere es aprovechar el tiempo para estar acostado sin muchas ganas de hacer otras cosas.
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La energía corporal y mental también depende de algunos hábitos, por lo tanto, una investigación desarrollada por Christopher Palmer, psiquiatra e investigador en Neurociencia en la Escuela de Medicina de Harvard, indicó mediante un artículo en el medio estadounidense CNBC, las costumbres y prácticas diarias que se deben evitar para mejorar el estado de ánimo cuando se quiere realizar algún tipo de actividad física.
Hábitos que se deberían evitar
· Evitar la inactividad física: No hacer deporte o actividad física debe revertirse, ya que, tener el cuerpo en movimiento es imprescindible para mantenerse con más energía. Además, recomendó hacerlo a diario debido a que “es bueno para la salud mental”.
· No dormir menos de 7 horas: Palmer indica que la falta de sueño puede resultar en un deterioro cognitivo que podría conducir a un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer con el tiempo y puede afectar el estado de ánimo y contribuir a la depresión. “Cuando duermes, tu cuerpo entra en un estado de ‘descanso y reparación’. El cerebro sufre muchos cambios en las neuronas que desempeñan un papel en el aprendizaje y la consolidación de la memoria. Sin sueño, las células pueden caer en un estado de deterioro y comenzar a funcionar mal”.
· Evitar la mala alimentación: La dieta juega un papel en la obesidad, la diabetes y la salud del corazón, pero la mayoría de las personas no se dan cuenta de que también tiene efectos profundos en el cerebro, señaló el neurocientífico.
· Eliminar el alcohol: “Nunca bebo alcohol. Solía beber regularmente y, a veces, tomaba una copa de vino por las noches para relajarme. En cuestión de semanas, noté mejoras en mi sueño y productividad, así que decidí dejar de beber por completo. Lo que es impactante es que no lo extraño en absoluto”, expresó el profesor de la Universidad de Harvard.