Una joven chef logró el objetivo que se había propuesto hace varios meses: Aplicar para formar parte de los miles de empleados que necesitaba Qatar en ocasión del Mundial de Fútbol 2022.
PUBLICIDAD
Luego de varios intentos, pruebas y selecciones finalmente logró un puesto para trabajar en un restaurante en Doha. La chica, de nombre Ludmila Magnelli, de 22 años, cuenta cómo ha sido la interesante pero muy distinta vida en esa nación asiática, reseñó El Universal.
Para empezar, ha dejado claro que no quiere echar raíces en ese lugar por las diferencias culturales y religiosas con las que no podrá congeniar, pero desde el punto de vista de su crecimiento profesional es una gran plataforma, sin contar que los ingresos son muy buenos al punto de poder ahorrar una buena cantidad de dinero para cuando quiera regresar a su natal Argentina.
Brechas culturales
Ludmila contó que la adaptación ha sido un proceso lento, porque el reino ultraconservador mantiene una estructura social muy ortodoxa. Al comienzo, era todo un tema la vestimenta, pero entendió que ella es la extranjera y debe ser considerada con los valores del país, sobre todo cuando sale cerca de mezquitas o de oficinas públicas.
Narró que una vez una amiga fue con ropa corta a un centro comercial y una mujer la encaró para reclamarle por su manera de vestir. “Al principio tenía un poco de miedo de salir con los hombros y piernas descubiertas, porque me habían dicho que eso estaba prohibido”, recordó.
“Las mujeres acá visten de negro y caminan detrás de los hombres, mientras que ellos visten de blanco y pueden caminar por donde quieran”, indicó.
Precisó que el reclamo llegó al punto de querer llamar a la policía por estar “demasiado provocativa”. El episodio le mostró que hay diferencias muy marcadas entre su mundo y el de ellos.
PUBLICIDAD
Para “darle la vuelta a la tortilla”, Ludmila descubrió que se puede estar cómodo sin faltar el respeto a la cultura árabe, aunque buscando un término medio, es decir, guardando un perfil más bajo. Algo con lo que sobrelleva la brecha cultural es poder conocer a gente de todo el mundo. “En los hoteles hay empleados de muchísimas nacionalidades distintas, esto te permite conocer mucha gente, muchas culturas, otros idiomas y es hermoso”, declaró.
Creó un plato
Ludmila destaca que desde el punto de vista profesional, ha tenido grandes oportunidades, por eso se ha sentido realizada en Qatar. Por ejemplo en el hotel donde trabaja le permitieron crear un plato propio para el menú del restaurante.
“Esto es algo que en Argentina me hubiera costado años lograr. Con esfuerzo y perseverancia, acá en Qatar todo es posible”, dijo.
Además, destacó que la seguridad personal dentro del país es algo sorprendente, pero ninguno de los poderosos ítems como el económico y el de la seguridad pueden convencerla de quedarse para siempre en esa península del Oriente Medio. “Creo firmemente que Qatar no es el país donde alguien con mente joven y libre pueda sentar cabeza, pero a su vez uno acá va a conocer mucha gente y esto abre muchísimas puertas”, citó DeTodounPocotv.
Contenido relacionado
Estaba tan endeudado que fingió su muerte y después creyeron que había resucitado
Niño de 11 años sorprende al superar a Albert Einstein y Stephen Hawking en coeficiente intelectual