En el mundo de los influencer, en los últimos meses una de las personas que ha generado una verdadera revolución en gran parte del mundo y en especial en Latinoamérica, es el ruso Hasbulla Magomedov. Su fama es tan marcada, que el pasado lunes 7 de noviembre se presentó con lleno total en el teatro Gran Rex, uno de los más importantes de Argentina y Sudamérica.
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Este joven ruso cuenta con más de 5 millones de seguidores en Instagram y sus videos en TikTok tienen más de 4.300 millones de reproducciones. La base de su contenido es únicamente entretenimiento mediante bromas y travesuras reflejadas en videos virales en los que normalmente se muestra peleando, conduciendo, bebiendo, fumando y entrenando.
Sin embargo, el secreto de su fama posiblemente se deba a su apariencia ya que, a pesar de verse como un pequeño niño, en realidad Hasbulla tiene 20 años. La particularidad característica se debe a que sufre de Acondroplasia, síndrome que le generó un tipo de enanismo.
Acondroplasia
Esta patología es un tipo de trastorno genético óseo bastante extraño que se debe a que el tejido fuerte y flexible, llamado cartílago no se haga hueso de forma normal. Esta enfermedad forma parte de las condrodistrofias, una serie de alteraciones en la formación y el crecimiento de los huesos.
Su traducción física más aparente es la estatura baja y desproporcionada, con una cabeza grande y una frente prominente. La mayoría de estos individuos tendrá una capacidad cognitiva normal, por lo que no deberían tener dificultades en su adaptación social y laboral.
Aunque puede ser hereditario, la mayoría de los casos de enanismo están relacionados con una mutación genética. Es por eso por lo que la mayoría de las personas con acondroplasia nacen de padres de altura promedio.
Posibles dolores
La casa de estudio Lisa (Lifetime Impact Study for Achondroplasia), realizó entre enero de 2018 y julio de 2021, una investigación que contó con la participación de 172 pacientes a partir de 3 años de edad en Argentina, Brasil y Colombia, en la que se registró que el 53% de niños y adolescentes de entre 8 y 17 años con acondroplasia reportó dolor en, al menos, una parte del cuerpo y casi el 27% de las personas adultas indicó que tiene ansiedad o depresión.
