No es de extrañar que si tu casa está sucia y desordenada, no te sientas bien en ella. Lo que está en tu exterior, seguramente lo sentirás en tu interior, y de allí la importancia de que el lugar donde habitemos siempre esté ordenado y bonito.
Nuestra casa debe ser como una especie de santuario, donde al llegar sintamos alivio, dejando todas las cargas del día a día afuera. Cuando este espacio tan íntimo está ordenado y limpio, indiscutiblemente, te sentirás bien y podrás respirar profundo con esa paz, que solo el equilibrio te puede dar.
Por eso, ocupa el tiempo necesario para mantener tu casa con el equilibrio que necesitas. Si el trabajo te resta muchas horas como para dedicarlas al orden en tu hogar, no te preocupes, pues para mantenerlo perfecto, solo basta con cuidar cada día, los pequeños detalles, y evitar que el desorden se acumule.
Toda persona limpia y arreglada se ve bonita, no es distinto con tu casa; y para esto no necesitas lujos. Si tu vivienda está limpia y en orden, tú te sentirás mejor. No es cómodo llegar, y ver todo sucio y desordenado.
Si a la limpieza y al orden, agregas una linda decoración y fragancias agradables, ya sumaste puntos.
Recomendaciones
El portal Mejor con Salud recomienda buenas fragancias en el hogar, tener plantas, dejar que entre la luz del sol, tener muebles acogedores, usar alfombras, evitar el sucio y el desorden.
“Las plantas ayudan a mejorar la calidad del aire, reducen los niveles de sequedad y ofrecen diferentes beneficios tanto corporales como emocionales”, dice Mejor con Salud.
El referido medio aconseja que lo ideal es tener todo en su lugar y que si se tienen muchas cosas sin un lugar fijo, hay que optar “por poner todo en cajas debajo de la cama, así no quedarán regadas por toda la casa”.
La luz natural da serenidad y calidez a la casa, y no solo eso, sino que también, nos permite ahorrar energía eléctrica.
Los tonos claros también ayudan al equilibrio. Incluso los sonidos, una buena música que te guste y te haga sentir bien. Todo esto forma parte del bienestar en tu hogar.
La idea es que acaricies tus sentidos con cada detalle. Tus ojos, con algo agradable para ver; tu olfato, con olores que agradables; tus oídos, con sonidos gratos que te hagan bien; tu piel, sintiendo un clima agradable que te de bienestar. Se trata del equilibrio entre el exterior y tu persona. Que todo esté en perfecta armonía.