Los callos en los pies no solo son antiestéticos, sino incómodos y al agravarse duelen. En las siguientes líneas puedes guiarte con los consejos para evitarlos o eliminarlos, de tal forma, que puedas dar una suave caricia con tus pies.
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Los pies con callosidades son ásperos y tienden a resecarse. No dejan lucir de forma bonita un par de sandalias.
Una de las principales causas es el uso de calzado inadecuado, es decir, aquellos que son muy apretados o muy holgados. Los zapatos altos son otro factor, así como también la falta de exfoliación y humectación.
El portal Health Keeper explica que los callos son un engrosamiento de la piel para protegerla en aquellos puntos donde hay más presión.
“Comienzan como una simple dureza, como mecanismo de defensa de la piel, ante el roce continuado del calzado o por la presión continua al ser un punto habitual de apoyo”, dice el referido medio que detalla que los callos tienen tres fases: Primero, el engrosamiento de la piel. Segundo, irritación del tejido subcutáneo, Tercero, penetra en el interior hasta el punto que puede llegar al hueso, lo cual genera un gran dolor.
Remedios caseros
Piedra pómez
Es una roca volcánica y una de las más usadas para raspar e ir quitando la callosidad, dando suavidad a la piel. Tras poner en remojo los pies, se raspan los callos con la piedra, y poco a poco, los irá quitando. Hay que ser constante y se verán resultados.
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Sal de Epsom
Mejor con Salud recomienda remojar los pies en agua con sal de epsom. Se diluye una cucharada en un litro y medio de agua caliente. Se meten los pies cuando el líquido está a temperatura soportable y después, se procede a raspar con una piedra pómez.
Cebolla o ajo
Health Keeper aconseja frotar los callos con una cebolla o ajo previamente calentados en aceite. Esto ablanda la piel. Otra manera de utilizarlos, es colocar la cebolla o el ajo antes de dormir y dejarlo toda la noche presionado con una venda o un calcetín, así se permitirá que sus ácidos actúen y hagan lo suyo. Se puede uar todas las noches hasta lograr el resultado.
Limón y vinagre
Mejor con Salud dice que se echa limón y vinagre en agua y se ponen a remojar los pies. Después, se frota la callosidad con la piedra pómez.
Bicarbonato sódico
Se combina el bicarbonato con agua hasta formar una pasta que se echa en los callos. Se deja actuar durante 20 minutos y se procede a exfoliar con la pómez.