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El turbio documental sobre Larry Ray, un padre que inició una secta de culto en una universidad

Peacock ha lanzado un documental del terrible caso de Larry Ray, quien fue acusado por cargos de conspiración por asociaciones delictivas, tráfico sexual, mano de obra forzada y extorsión

El turbio documental sobre Larry Ray, un padre que inició una secta de culto en una universidad
El turbio documental sobre Larry Ray, un padre que inició una secta de culto en una universidad (Fuente: Twitter)

‘Sex, Lies and The College Cult’, es el nuevo documental de Peacock que nos cuenta la turbia historia de Lawrence “Larry” Ray, un hombre que se hizo líder de culto en el Sarah Lawrence College y fue condenado por cargos que incluyen conspiración por asociaciones delictivas, tráfico sexual, mano de obra forzada y extorsión.

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El material audiovisual, estrenado este pasado miércoles 28 de septiembre, promete “la impactante y desconcertante historia real de cómo un padre y estafador profesional… lavó el cerebro a los estudiantes de Sarah Lawrence College en un culto sexual abusivo que cambió sus vidas y las vidas de sus familias”.

El nombre de Larry Ray no era nada famoso hasta que The Cut publicó un artículo de investigación larga titulada “The Stolen Kids of Sarah Lawrence: What happened to the group of bright college students who fell under the sway of a classmate’s father?” [Los niños robados de Sarah Lawrence: ¿qué le pasó al grupo de brillantes estudiantes universitarios que cayeron bajo la influencia del padre de una compañera de clase?]. El artículo incitó a las autoridades a investigar la conducta de Ray, lo que finalmente condujo a cargos penales y a su condena.

Ray acababa de salir de prisión cuando se mudó, junto a su hija Talia, al campus de la universidad de artes. Según informó The Cut, “él se estableció en el área común, cocinaba bistecs y hacía costosos pedidos a domicilio para Talia y sus siete compañeros de casa”.

De esta forma empezó a conquistar a los jovenes amigos de su hija, para que se qudaran en su apartamento en Manhattan, acumulando cada vez más influencia en un grupo de adultos jóvenes, incitándolos a creer que debían adherirse a sus valores y guiándolos en lo que The Cut llamó un “programa de transformación personal”.

Los procedimientos judiciales posteriores al descubrimiento del comportamiento de Ray arrojaron que el abuso del hombre, según los testimonios de sus víctimas, fue mental, físico y sexual. Un testigo recordó un “patrón creciente de abuso físico”, ya que Ray “lo llamaba ‘hemorroide’ y ‘basura’ y le clavaba un cuchillo en la garganta y los genitales o le hacía una llave para estrangularlo; lo humillaba hasta que aceptaba la narrativa de Ray de que había hecho algo malo”, escribió Associated Press después del testimonio en marzo de este año, cuando se celebró su juicio.

Otra víctima testificó: “Me abofeteó tan fuerte que me caí, me tiró del pelo, me estranguló, me asfixió, me golpeó. Me amenazó con meterme a la cárcel varias veces. Me amenazó de muerte en una ocasión inolvidable. Me amenazó con cortarme la cara, secuestrarme y abandonarme en el Medio Oriente. Me amenazó con chantajear a la gente que yo conocía. Amenazó con golpear a mi padre”.

A lo largo del juicio, el equipo de defensa de Ray sostuvo que su conducta no era delictiva y que simplemente se había rodeado de “cuentistas”. Sin embargo, un jurado lo condenó culpable de los cargos federales de “conspiración por asociaciones delictivas, un crimen violento en apoyo de asociaciones delictivas, extorsión, tráfico sexual, mano de obra forzada, evasión de impuestos y delitos de lavado de dinero” y se espera que su sentencia se dicte en diciembre y que sea de cadena perpetua.

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