Según un nuevo estudio revelado, los padres primerizos pueden experimentar encogimiento del cerebro. Al profundizar en el fenómeno, investigadores del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, España, descubrieron que los padres pierden uno o dos porcentajes del volumen cortical, lo que finalmente puede afectar la función mental.
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En otras palabras, están perdiendo la cabeza, literal y figurativamente.
Investigadores
“Estudiar a los padres ofrece una oportunidad única para explorar cómo la experiencia de crianza puede moldear el cerebro humano cuando el embarazo no se experimenta directamente”, escribieron los investigadores, dirigidos por Magdalena Martínez-García.
Los estudios anteriores han demostrado que el “cerebro del embarazo " de una madre es real, para los padres, los cambios en su cerebro podrían facilitar la conexión con su hijo, aunque eso no se ha probado.
El estudio, publicado en la revista Cerebral Cortex, planteó la hipótesis de la causa de tal contracción del cerebro, pero no pudo determinar cuál era exactamente la raíz.
Estudio
Usando imágenes de resonancia magnética, comúnmente conocidas como resonancias magnéticas, para observar los cerebros de 40 padres primerizos heterosexuales, los investigadores compararon sus cerebros con los de 17 hombres sin hijos.
De los 40, a la mitad de los padres, que estaban en España, les escanearon el cerebro antes de los embarazos de sus parejas, y luego después del parto. Mientras tanto, la otra mitad, que vive en los Estados Unidos se sometió a su primer escáner cerebral en las etapas medias o tardías del embarazo de sus parejas y luego nuevamente.
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Después de medir el grosor, el volumen y otras estructuras del cerebro, los investigadores descubrieron que la forma en que cambiaba el cerebro de los hombres era diferente a la de las mujeres embarazadas.
Cambios
En lugar de un cambio en las redes subcorticales límbicas, lo que sucede en los cerebros de las mujeres cuando tienen un hijo, los científicos encontraron evidencia de cambios en la materia gris cortical, que se usa en la comprensión social, así como una pérdida de volumen en su sistema visual.
“Estos hallazgos pueden sugerir un papel único del sistema visual para ayudar a los padres a reconocer a sus bebés y responder en consecuencia, una hipótesis que será confirmada por estudios futuros”, dijeron los investigadores. “Comprender cómo los cambios estructurales asociados con la paternidad se traducen en la crianza y los resultados de los niños es un tema en gran parte inexplorado, que ofrece vías interesantes para futuras investigaciones”.
