El Jefe de Asuntos Externos de Amazon, David Ambroz, de 42 años, es un ejemplo de movilidad social y de confianza en un futuro mejor. Su historia no fue color de rosas pero dice que pudo salir adelante por su propia capacidad para imponerse ante las adversidades.
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Dijo que pasó los primeros 11 años de su vida en las calles de Nueva York, deambulando por comida junto con su madre con enfermedad mental y dos hermanos.
Durante su infancia recuerda episodios de mendicidad y agregó que dormía en albergues, iglesias y refugios temporales.
Subió como la espuma
“Fue brutal. Dormíamos en espacios públicos, albergues e iglesias que nos acogieron. Estas estancias eran demasiado infrecuentes y siempre volvíamos a quedarnos sin hogar”, recordó el empresario.
Por si fuera poco, Ambroz recordó que “se bañaba en baños de restaurantes de comida rápida. Sentía que los neoyorquinos eran indiferentes a su sufrimiento. Estaba muerto de hambre, sucio y cubierto de piojos. Pero supe, incluso entonces, que saldría de este estado”, afirmó el líder de Amazon, el gigante del comercio electrónico.
Su suerte cambió cuando fue adoptado por una mujer que le brindó la oportunidad de estudiar y superarse a sí mismo a medida que se hacía adulto, por eso logró convertirse en un alto ejecutivo y superar las barreras emocionales que pudieron afectarlo.
Desigualdad en EE UU
La historia de Ambroz llegó al libro “A Place Called Home”, que ha inspirado a miles de lectores y así lo ha mostrado en su cuenta en Instagram @hjdambroz. “Tu historia me conmovió. Espero acoger y adoptar algún día. Nunca ignoro a las personas sin hogar en las calles de Nueva York porque nunca conozco su historia”, se lee en otro comentario. “Fenomenal, apasionante, sincero, inspirador. Espero que produzca el cambio que quieres ver en el mundo”, dice otro comentario.
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“Muy conmovedor: acabo de leer un artículo de prensa (en Londres, y por supuesto también leeré el libro) y eres increíble. Qué esperanza traerás a muchos, toda la fuerza para ti”, expresó otro usuario.
Como se sabe, datos del último censo en Estados Unidos reflejan que hay un 40% de pobreza y que de ese porcentaje la mayoría afectada corresponde a mujeres. El umbral de pobreza se traza sobre todas aquellas personas con ingresos por debajo de 24 mil dólares en familias con cuatro miembros, por ejemplo.
La pobreza también involucra a las personas que trabajan por un salario mínimo, aun con pluriempleo, a los mayores que viven de ingresos fijos y a los asalariados que, de pronto, se quedan sin empleo.
Según las oficinas del censo hay un dato aún más preocupante: El 6.7% de la población, o 21.3 millones de personas, vive en situación de extrema pobreza, con ingresos de sólo un 50% de sus correspondientes umbrales.
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