Es cierto que, en la actualidad, aunque sigue en fase pandémica, el COVID-19 ha sido mejor controlado desde sus inicios y en gran parte se debe a los millones de vacunas que se han distribuido por todo el mundo, sin embargo, es importante aclarar que la situación no está solucionada por completo, por lo tanto, los cuidados y prevenciones no pueden cesar.
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Dependiendo de la región, cada cual tiene su cantidad y etapa de vacunas ejecutadas, lo que ha hecho que las estadísticas en contagios y muertes haya disminuido significativamente. Pero la vacuna no garantiza que las personas se puedan contagiar, más que todo radica en que al momento del contagio el cuerpo tenga las defensas suficientes para derrotar al virus.
Vacunados o no, son muchos los casos de contagios de un mismo individuo en reiteradas ocasiones, destacando en la actualidad uno en particular que tiene más de un año dando positivo en los distintos test para determinar la presencia del Coronavirus.
B.1.517
El epidemiólogo Nathan Grubaugh y su equipo analizan desde las 2021 cepas de coronavirus en muestras de pacientes del Hospital Yale New Haven, e identificó a una versión del virus que jamás llegó a ser bautizada como, por ejemplo, Ómicron o Delta, pero es conocida como B.1.517.
América del Norte fue el primer lugar donde fue detectada B.1.517, cepa muy poca conocida y con difusión mediática porque no fue mortífera y global como las otras cepas ya mencionadas. Si llegó a globalizarse e incluso fue el protagonista de un brote en Australia, pero sus cifras mortales fueron nulas.
Cerca de los 500 días en positivo
Ahora el mismo grupo de científicos informan que un paciente que por su decisión se mantiene en el anonimato, no deja de dar positivo para SARS-CoV-2 por lo menos desde hace 471 días (y contando) y en cada una de las pruebas está presente la B.1.517.
Debido al deterioro de la salud y el deseo de mantener su anonimato, el paciente no estaba dispuesto a ser entrevistado y Grubaugh no tiene contacto directo con ellos. No obstante, gracias a las primeras muestras recogidas determinaron que, durante unos 15 meses, al menos tres versiones genéticamente distintas del virus habían evolucionado rápidamente dentro del paciente.
“Estoy bastante convencido de que las personas con infección persistente son fuentes importantes de nuevas variantes”, alerta Friedrich tomando el ejemplo del reciente caso en que se nota que menos de un año y siguiendo reflejando positivo en las pruebas anti-covid, desarrolló por lo menos tres versiones genéticas distintas.