Pese a ser un problema bastante grave, la sequía que azota a Dallas ha dado lugar a que puedan ocurrir cosas curiosas y dignas de estudio, como recientemente, cuando se pudieron observar las huellas de un dinosaurio.
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Se trataban de las huellas de un Acrocanthosaurus, un dinosaurio de 113 millones de años, que por lo general yacen en el fondo del río Paluxy, dentro del Parque Estatal del Valle de los Dinosaurios. Pero cuando la intensa sequía afectó a Texas este verano, el río se secó y reveló las huellas prehistóricas.
El Acrocanthosaurus es familia del T-Rex
Un representante del parque estatal contó a CNN que las huellas recién reveladas pertenecían a un Acrocanthosaurus, un pariente del Tyrannosaurus Rex que medía 15 pies (4,6 metros) de altura.
Las imágenes de las huellas muestran tres dedos anchos que sobresalen del talón, lo que recuerda a Jurassic Park, pero el Acrocanthosaurus vivió en realidad un poco después del Jurásico, en el periodo Cretácico temprano.
Las huellas en el parque estatal se descubrieron por primera vez en 1909, según indica el sitio web. En la década de 1930, los paleontólogos habían identificado huellas en el parque que pertenecían a terópodos, como el Acrocanthosaurus y el T. Rex, y saurópodos, similares al famoso Brontosaurus.
Este periodo de sequía forma parte de la actual “megasequía” que está afectando el suroeste de EE.UU., y que afecta específicamente a esta región desde hace más de 20 años. Según un estudio reciente, este sería el periodo más seco de la región desde hace al menos 1.200 años.
A consecuencia de la sequía también se han revelado otros secretos, aunque no tan antiguos, como en el lago Mead, donde las autoridades encontraron cinco conjuntos de restos humanos, entre ellos uno que se cree que fue víctima de un crimen de finales de los años 70 o principios de los 80.
Además, se ha descubierto un barco hundido de la época de la Segunda Guerra Mundial a medida que se reduce la línea de costa del lago.