Una niña de solo siete años fue engañada a las afueras de su escuela y secuestrada para vivir con una pareja sin hijos varios kilómetros lejos de su hogar. Eso fue en el año 2013.
Sus raptores le ofrecieron un helado y ella accedió sin imaginar que no volvería a ver a sus padres y a sus dos hermanos al menos por los siguientes 9 años.
Es la historia de Pooja Gaud, quien durante ese tiempo entendía que había sido arrebatada del seno de su madre, pero fue paciente y logró escapar cuando nadie lo esperaba, reseñó BBC.
La vida con los falsos padres
La pequeña viajó con sus secuestradores al oeste y sur de la India, “y la amenazaban con lastimarla si lloraba o llamaba la atención”, agregó el medio.
“Me golpeaban con un cinturón, me pateaban, me daban puñetazos. Una vez me golpearon con un rodillo tan fuerte que me empezó a sangrar la espalda. También me obligaban a hacer tareas domésticas y a trabajar de 12 a 24 horas fuera de casa”, dijo la adolescente, quien recuerda que apenas la dejaron ir a la escuela por corto tiempo y además comenzaron a maltratarla cuando la pareja pudo tener un hijo propio.
Escape milagroso
La joven ahora tiene 16 años. Es muy vivaz e inteligente, lo que ayudó a encontrar pistas que la reunieran de nuevo con su familia, ya que sus nuevos “padres” la tenían vigilada e incomunicada.
“Había perdido la esperanza de encontrar a mi hija. Pero los dioses han sido amables conmigo”, dijo su madre, Poonam Gaud. Los secuestradores quedaron identificados como Harry D’Souza y su esposa, Soni D’Souza, quienes al no tener hijos propios decidieron robar a la niña.
Reseñó el medio que el día de su desaparición se había ido a la escuela con su hermano mayor, pero pelearon y su hermano entró en la escuela y la dejó atrás porque llegaba tarde. En ese momento la pareja aprovechó para llevarse a la niña que se encontraba sola en el camino hacia el centro educativo.
Los años pasaron y la niña fue creciendo, siempre con la idea de ubicar a sus padres. Un día Pooja aprovechó un descuido de sus secuestradores y tomó uno de sus teléfonos móviles.
Puso su nombre en YouTube y aparecieron los diferentes carteles de búsqueda que publicaron sus familiares durante años para intentar encontrar pistas sobre su paradero. En uno de los videos que encontró sobre su caso encontró números de teléfono, pero necesitaba ayuda, precisó Nueva Prensa Web.
Durante siete meses, Pooja se preparó para conversar de su situación con una empleada doméstica que trabajaba con ella en una misma casa. La mujer escuchó con atención y accedió a ayudarla.
Fue entonces como hicieron contacto con su madre, quien para corroborar la identidad de Pooja le indicó una marca de nacimiento que solo ella sabía que tenía.
Eso fue definitivo para reunirse nuevamente. “Todas mis dudas desaparecieron de inmediato. Sabía que había encontrado a mi hija”, aseguró la mujer.
La pareja fue arrestada y deberá rendir cuentas a la justicia por el secuestro de la joven. Lamentablemente, el padre de Pooja murió hace varios meses y no pudo disfrutar del regreso de su hija. Sin embargo, la madre de la chica y sus hermanos disfrutan cada minuto con la chica, aunque no niegan que la situación económica por la que atraviesan es difícil.
“Quiero ayudar económicamente a mi madre, pero no me lo permiten. También quiero estudiar”, asegura Pooja, quien dijo a medios ocales que desea estudiar y trabajar para sacar adelante a su madre y hermanos.
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