Un tema bastante complejo cuando se refiere a bebidas alcohólicas y sueño porque, en resumen, la conclusión de la actividad termina indudablemente en dormir para poder recuperar las fuerzas perdida por el posible exceso de licor.
Luego de una ardua noche de ingesta de licor, es normal que cuando te toque dormir puedas presentar diversos problemas en la salud física, entre ellos se pueden destacar dolores de cabeza, fatiga, náuseas y hasta incluso, problemas serios para poder conciliar el sueño.
Esto se debe porque los niveles de alcohol interrumpen la arquitectura del sueño, conocida por ser la causante de que el descanso profundo se puede generar cuando se duerme de noche. Por eso, una investigación asegura que no es recomendable dormirse muy próximo luego de ingerir la última copa y vaso de cualquier tipo de bebida alcohólica.
Alcohol-Sueño
Jennifer Martin, psicóloga y profesora de Medicina en la Universidad de California, campus Los Ángeles, Estados Unidos, advierte que una vez que se acuesta a dormir luego de pasar una jornada etílica, la noche puede tener dos etapas distintas cuando se refiere al descanso. “Pagas por eso en la segunda mitad de la noche. El alcohol es inicialmente un sedante, pero a medida que se metaboliza, es muy activador”.
En la primera mitad de la noche y por ser más reciente es normal que los niveles altos de alcohol sigan circulando por el torrente sanguíneo y es probable que se duerma profundamente sin soñar, ya que el alcohol en el cerebro actúa sobre el ácido gamma-aminobutírico (GABA, por su sigla en inglés) que es un neurotransmisor que inhibe los impulsos entre las células nerviosas y tiene un efecto calmante.
En la segunda parte del dormir y con el transcurrir del descaso los niveles de alcohol disminuyen, lo que genera que el cerebro se acelere y cause una medida de excitación rebote debido a que el cambio puede generar problemas con la fragmentación, así lo avala Nisha Aurora, miembro de la junta directiva de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño.
Otra de las causas comprobada de la alteración del sueño en la segunda etapa del descanso es que al ingerir muchas cantidades de licor y no respetar un tiempo adecuado para dormir, la acumulación de líquida causa muchas ganas de orinar y serán varias las veces en que las personas necesiten despertarse.
Bhanu Prakash Kolla, médico y profesor asociado de Psiquiatría y consultor del Centro de Medicina del Sueño de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, indica ante esto que “las cantidades moderadas de alcohol, especialmente en vino y licores, tienen un efecto diurético temprano, sobre todo en los ancianos”.