Las galletas son un bocadillo muy antiguo y a lo largo del tiempo se ha ido perfeccionando mediante el uso de nuevos ingredientes, mezclas y formas de presentación.
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La galleta proviene de la palabra francesa “galette” con la que, al menos desde el año 1636, se referían al pan sin levadura elaborado para consumir en los barcos. Durante los siglos XVI y XVII, la galleta ocupó un lugar preferente en las bodegas de diferentes barcos, precisó Galletaspolen.com.
Precisó el medio que el uso de la galleta como sustituto del pan se generalizó en expediciones y travesías largas, así como durante guerras por lo embarazoso que resultaba el transporte del pan y su conservación más limitada.
Su evolución
Se sabe que en todo el mundo se consumen galletas, cada cultura según su gusto particular. Las hay con canela, con anís o con chocolate. Otras traen mermelada de frutas, maní, almendras o chispas de caramelo.
No hay época exclusiva para comerse unas ricas galletas, porque todo el año pueden estar presentes en la mesa y cada receta puede ir a la par de la estación que se esté viviendo, un tiempo ideal para usar los frutos de temporada.
Las galletas son uno de los postres más ricos y rápidos que existen y que puedes hacer cuando no tienes mucho tiempo disponible y quieres sorprender con algo casero a tus amigas, pareja o familia. El sabor es dulce, como el amor y definitivamente uno de los mejores que podrás encontrar.
Con esta receta que compartiremos contigo, podrás hacer unas 20 galletitas con forma de espiral, porque quedan marmoleadas de 2 colores. Son ideales ya sea para el café, canela o hasta helado, gracias a su versatilidad. Así que si lo que quieres es quedar bien con alguien, esta es la opción.
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Ingredientes:
- 600 g de mantequilla
- 300 g de azúcar
- 3 claras de huevo
- 1 cda de extracto de vainilla
- 900 g de harina de trigo cernida
- 80 g de cocoa en polvo
- 1 clara de huevo
¿Cómo se prepara?
- Precalienta el horno a 180º C. Cubre una charola para hornear con papel encerado.
- Agrega la mantequilla con el azúcar. Añade las claras y la vainilla.
- Agrega la harina. Trabaja la mezcla para integrar los ingredientes.
- Divide la masa en 2 partes. Mezcla una de ellas con la cocoa. Si la masa es demasiado suave, refrigérala por 20 minutos.
- Extiende ambas masas en una superficie enharinada y forma 2 rectángulos del mismo tamaño.
- Barniza 1 de los rectángulos con la clara de huevo y coloca el otro encima. Presiona ligeramente para que se peguen.
- Enrolla y corta rodajas de 1 centímetro de grosor.