Todo depende de la estación que se esté atravesando, pero lo que si es seguro es que los constantes cambios de temperaturas son factores fundamentales para que haga su presencia alguna etapa de la gripe.
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Ahora con el rudo verano que se está viviendo en Norteamérica, millones de hogares mantienen en la mayoría del tiempo posible sus aires acondicionados encendidos para poder hacer más llevadera la ola de calor que se está viviendo. Lo que pasa que en esa solución se puede adquirir problemas en la salud, ya que cuando se hace ese cambio del calor exterior hacia el frio hogareño artificial, los seres humanos corren grandes riesgos de adquirir algún virus, entre ellos, respiratorios.
También todo radica en que al mantener los hogares totalmente cerrados para que no se escape el aire acondicionado, por lo normal se nos olvida que es indispensable que todo sitio necesita una constante ventilación para descontaminar un poco el ambiente y evitar la propagación de hongos en las paredes, nocivos para la respiración de sus habitantes.
Necesaria ventilación de ambientes
“Los ambientes mal ventilados potencian el riesgo de contraer virus respiratorios porque las personas pueden estar secretando o eliminando partículas virales que, por contacto directo, pueden contagiar a otros de los convivientes. Por eso, siempre se sugiere la circulación de aire y ventilación en los espacios cerrados para reducir el riesgo de transmisión”, explica para el medio Mitre, Gerardo Laube, infectólogo, pediatra, y profesor titular de Infectología de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) en Argentina.
El especialista acotó que la evidencia científica demuestra que la exposición a los cambios de temperatura puede dar en algún momento como resultado la presencia de una virosis respiratoria. Es posible también que reduzcan las defensas a nivel nasofaringe y que se origine una colonización bacteriana o viral, justamente por un enfriamiento local de las mucosas.
“Por ejemplo, las viviendas precarias, los hacinamientos, la humedad en las paredes, el humo del tabaco, el estado nutricional, la contaminación del aire, la cobertura de la inmunización por vacunas previas, son todos cofactores que interactúan para determinar la frecuencia y la gravedad de la enfermedad respiratoria aguda”, aportó Antonio Montero, infectólogo, doctor en Medicina e investigador científico.