Creo que el cuidado de la piel (o el skin care) nunca debería pasar de moda. ¡Es lo máximo! Lamentablemente, el protector solar es amado por unos y no tan querido por otros.
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La clave está en elegir el correcto para ti, que se ajuste a tu tipo de piel y que te proteja realmente. Existe dos tipos de protectores solares: físicos y químicos. Todos vienen en presentaciones en crema, gel, aerosol y hasta en polvo. Desde la primera vez que utilices el protector solar, tu piel te lo agradecerá y notarás los cambios de inmediato.
¿Qué causará en mí el protector solar?
Este se encarga de proteger tu piel de los rayos UVB y UVA, los encargados de hacer que nuestra piel envejezca, perdamos colágeno y elastina, y ocasionen hiperpigmentación y manchas. La piel de las latinoamericanas es muy propensa a las manchas y, por eso, el protector solar debes aplicarlo sí o sí. En el peor de los casos, la constante exposición al Sol podría causar cáncer de piel. El protector solar ayuda, sobre todo, al antienvejecimiento.
Tipos de protector solar
Físicos o minerales: son los que quedan en la superficie de la piel. Normalmente son mucho más pesados y cuando pega el rayo ultravioleta lo que hace es reflejarlo y funciona como rebote.
Este tiene dos ingredientes: Titanium dioxide y zinc oxide. Ideal para pieles sensibles y secas.
Químicos: a diferencia del físico, estos absorben los rayos ultravioletas y, una vez que los absorbe, los transforma en calor y luego se libera de la piel como si fuera un rayo infrarrojo. Ingredientes: Oxybexone, benzophenone, octinoxate, y muchos más. Hoy en día la mayoría de los bloqueadores combinan estas dos fórmulas. Ideal para pieles grasas, mixtas o acneicas.
El protector solar debe tener protección UVA y UVB (amplio espectro).
