“Estaban en un lugar de seguridad, cuando los presos varones irrumpieron durante varias horas haciendo lo que querían, incluida la violación de mujeres, y no se hizo nada al respecto”, dijo el abogado que representa a un grupo de 28 internas de una cárcel del condado de Clark, Indiana, en Estados Unidos, que denuncian que un carcelero vendió las llaves de su celda a los presos varones.
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Todo sucedió en octubre de 2021, y el juicio se encuentra en desarrollo porque las acusaciones de agresión masiva solo salieron a la luz en junio, cuando 20 mujeres presentaron una demanda civil contra Lowe, otro personal de la cárcel y el alguacil del condado de Clark, Jamey Noel, indicó el portal británico Metro.
El jurista Bart Betteau agregó que el oficial sabía estaba permitiendo el taque a las mujeres, ya que no hubo respuesta cuando ellas pidieron ayuda.
De un modo insólito, señaló al carcelero David Lowe como el responsable de la negociación que dejó como resultado la violación de varias reclusas, reseñó El Heraldo de México.
Con antecedentes
Según el medio, Lowe presenta cargos criminales de traficar con un recluso, “ayudar a escapar a otros y mala conducta oficial”. La demanda de las víctimas del ataque exigen un juicio por jurado y está programado que el oficial acuda a su proceso civil por sus cargos de delito grave el próximo 20 de septiembre.
Aunque no se habló de complicidad entre Lowe y otros custodios del correccional, las investigaciones siguen su curso ya que los hechos ocurrieron en la mayor impunidad y con agravantes. Nadie detuvo a los violadores pese a los pedidos de auxilio y la existencia de cámaras de seguridad.
“Estas mujeres estaban haciendo todo lo posible para alertar al personal de la cárcel. Presionaban el timbre en el interior de la celda para alertar al personal de la cárcel”, declaró el litigante en entrevista con el medio 13WTHR.
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Víctimas castigadas
Lo más deplorable del asunto es que, luego del ataque de los reclusos, los guardias que finalmente llegaron al sitio castigaron a las internas, “dejaron las luces encendidas durante tres días, les quitaron sus almohadas, mantas y hasta sus “privilegios” como el porte de algunas armas cortantes”, reseñaron medios locales.
Independent reveló que el carcelero vendió las llaves a los hombres por 1.000 dólares. Otro abogado de las víctimas, William McCall, expresó que es “alucinante” cómo nadie en la cárcel notó “tantos reclusos varones moviéndose”.
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