Creemos que a nadie en la vida le gusta recibir críticas, incluso cuando se tratan de las que son constructivas y que pueden ser una gran arma para mejorar distintos procesos.
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También pensamos que en la mayoría de los casos, cuando se realiza una buena tarea, pocas veces se reciben por parte de las demás personas e incluso de los superiores, reconocimientos y elogios ante los positivos resultados.
Con las nuevas modalidades de vida, ésta ajustada a las tecnologías y sobre todo a las redes sociales, el impacto negativo con respecto a las críticas se ha notado mucho más en los últimos tiempos.
Investigación
En un reciente artículo publicado en la BBC por parte de Roy Baumeister, psicólogo social de la Universidad de Queensland, la mente humana es más susceptible antes las críticas negativas por encima de los elogios.
No obstante, no todo es malo ya que el estudio asevera que el ser humano al estar expuesto a la negatividad, en muchas veces ha sabido enfrentarla y sirve de ayuda para superar distintas característica de la vida y el día a día, como por ejemplo, pérdidas personales, laborables, o hasta inclusos cosas más extremas como pueden llegar a ser una guerra o desastre naturales.
“Nuestros antepasados, que tenían ese sesgo negativo, tenían más probabilidades de sobrevivir”, explica Baumeister y reafirma que ante dicha características, el ser humano está programado para poder soportar negatividades y diversas amenazas emocionales.
Efectos negativos duraderos
Randy Larsen, profesor de Psicología y Ciencias del Cerebro en la Universidad de Washington, asegura que en la mayoría de los casos las personas se enganchan más con los eventos negativos que en los buenos. Ejemplo de malos eventos: La muerte o la crítica, sobre todo si chicha aseveración es por parte de un ser querido.
“Creo que los comentarios negativos de las personas que amamos y en las que confiamos tienen mucho más impacto que los de extraños. Las críticas destructivas pueden provocar heridas mentales duraderas y resentimiento”, señaló en la BBC, añadiendo que se debe a las expectativas que tienen las personas respecto a cómo los demás deberían tratarlos.