Lavar el pollo antes de cocinarlo, dejar comida fuera de la nevera durante mucho tiempo o dejar restos de comida en los platos, en definitiva, todos estos malos hábitos en la cocina en cuanto a limpieza y manipulación de alimentos pueden acarrear graves riesgos para la salud. Incluso puedes estar orgulloso de sí mismo en este momento y pensar que nunca cometes estos errores, pero otro elemento al que no le presta tanta atención es la esponja para lavar platos. ¿Recuerdas la última vez que cambiaste o desinfectaste este artículo?
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¿Cómo puedo desinfectar la esponja?
Para iniciar la rutina de desinfección y eliminar los restos de bacterias, debes dejar la esponja bien seca después del lavado. Si el artículo está hecho de fibras naturales, puedes calentarlo en el microondas durante un minuto para que se seque por completo.
Si es de plástico tradicional, es necesario sumergirlo en una solución de cloro diluido en agua en una proporción de una parte de cloro por diez partes de agua, dejándolo en remojo de 5 a 10 minutos. Luego, enjuague el objeto con agua y déjelo secar por completo antes de guardarlo en su lugar habitual. Es necesario repetir este proceso con frecuencia, hasta cambiar por una esponja nueva.
¿Cuándo cambiar?
Según la web de Metlife, lo ideal es cambiar la esponja del fregadero cada dos semanas, si no la usas con mucha frecuencia. Sin embargo, si lo usa varias veces a lo largo del día, aunque económica resulte un gasto importante debido a los tiempos, la recomendación principal es en cambiarlo cada semana.
Recuerda que no solamente la prolijidad de los objetos lavados es lo fundamental, ya que muchas veces por priorizar la estética nos olvidamos que estos detalles pueden ser nocivo para la salud.