No a todas las mujeres les gusta usar maquillaje y, realmente, esto no es algo obligatorio, mucho menos en esta época de igualdades y libertades.
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Sin embargo, la psicóloga Elaine Garrod en su artículo para la revista Cosmopolitan afirma que “biológicamente los hombres se sienten atraídos por los labios rellenos, las mejillas con rubor, la piel con un tono parejo y los ojos grandes como platos de café, porque esas cualidades son sinónimos de salud, juventud y fertilidad”.
Por otra parte, añade la experta, “cuando estás sin absolutamente nada de maquillaje, los hombres piensan que te da igual cómo luces y que no estás interesada en conocer a nadie”.
Pero no solo nos maquillamos para los demás
Muy a pesar de lo expresado por la especialista, lo ideal es que nos maquillemos pensando en nosotras. Eso definitivamente puede aumentar la confianza que tenemos en nuestra propia persona.
De hecho, se ha comprobado que vernos bellas ante el espejo aumenta la generación de las hormonas de la felicidad y nos hace sentirnos mejor y más productivas en los diferentes roles que desempeñamos, ya sea como trabajadora, mamá, pareja, hija, entre otros.
Claro está, no es necesario que ese maquillaje sea como una máscara que cubra todo tu rostro y que te lleve una hora de tu tiempo lograrlo.
Basta con que ilumines tu rostro. Si tienes ojeras, es necesario usar un corrector líquido o en barra de un color muy similar a tu piel. Luego, puedes aplicar un polvo suelto que matice el rostro.
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El uso de sombras es opcional, no obstante, sombras claras sobre el párpado te harán lucir muy bien, así como un rímel que realce tus pestañas.
No podemos olvidar un poco de blush en las mejillas y una suave pintura o brillo para tus labios.