Lamentablemente cuando no se pueda más, se acaban las ideas para reinventar la relación o por el simple hecho de que se terminó el amor, la separación es inevitable y la única fórmula para seguir adelante. Dice un viejo dicho “nadie es indispensable en esta vida”, y posiblemente sea cierto y en un abrir y cerrar de ojos cada persona rehace sus vidas bien sea con otra pareja o en soledad.
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El tema muchas veces radica y varía cuando el tercero en disputa es nada más y nada menos que los hijos. Incluso hay muchas parejas que estiran la agonía para evitar que los niños sufran por la separación de sus padres. Sin embargo, diversas investigaciones aseveran que no necesariamente tiene que ser todo traumático y que hay maneras de dialogar y de acompañar a los pequeños en ese proceso que puede ser más largo o corto.
Recomendaciones profesionales
Marisa Russomando, psicóloga argentina de Familia, explicó en un reportaje para el portal Tn que lo primero que aconseja a los adultos, en caso de una ruptura matrimonial o concubinato es realizar una conversación honesta y clara con los hijos cuando ya se tomó la decisión, aunque sean muy chiquitos.
“Es necesario poner en palabras algo que seguramente ellos ya lo venían sintiendo y percibiendo en la propia casa. Es así como los chicos empiezan a tomar la palabra como recurso y a acostumbrarse al diálogo con los padres y la familia”, señaló.
La especialista indicó que aunque cueste plantear el tema familiar, en la mayoría de los casos según su experiencia las conversaciones son menos dramáticas de lo que los padres creen y que aunque los hijos puedan presentar episodios de tristeza y lágrimas al entender la situación, son procesos normales del momento que se tienen que vivir para empezar a experimentar los cambios que se avecinan.
“Muchos chicos, ante la noticia, pasan a otro tema; otros preguntan cuestiones relacionadas a lo cotidiano; y otros se ponen a llorar, un proceso normal. Es necesario afrontar esa situación para empezar a acompañarlos en todo el proceso, en sus reacciones y en lo que necesiten de ahí en adelante”, aseveró Russomando.
Tiempo al tiempo
Damián Supply, licenciado en Psicología y especialista en Promoción de Salud en la Niñez y Adolescencia, coincide con su colega con el tema comunicativo pero aporta la idea que los tiempos son fundamentales para entender los hijos el difícil proceso de separación.
Con respecto a cómo actúan los hijo de acuerdo a sus edades, Supply agregó que “No hay una edad en la que los chicos sufran más o menos ante la separación de sus padres. Luego de una ruptura matrimonial y como adultos, siempre hay que estar atentos a cómo reaccionan y se comportan. Lo cierto es que cuando son más pequeños, las rutinas domésticas cambian más tras una separación y eso es más traumático”.