Ciertamente, la higiene dental diaria es fundamental. Por eso, nos preocupamos por conocer correctas técnicas de cepillado, incluyendo el uso de hilo dental. Pero ¿Qué sucede con la limpieza del cepillo dental? ¿La hacemos?
Si la respuesta a la última interrogante es “no”. A continuación, te presentamos algunos consejos que te serán de utilidad para el cuidado del instrumento con el que lavas tu dentadura.
Recomendaciones para la adecuada limpieza del cepillo
De acuerdo al sitio web Mejor con Salud, si sigues estos pasos garantizarás la higiene y durabilidad de tu cepillo dental.
Paso 1.
Lavarlo después de cada uso con suficiente agua (si ésta es caliente mejor) y frotar sus cerdas con el dedo pulgar asegurándote de que tus manos estés muy limpias.
Retirar la humedad. Y se ha de colocar en un vaso o portacepillos con el cabezal hacia arriba para que se seque.
Paso 2.
Guardarlo en un lugar adecuado. Se deben evitar los cajones, bolsos o estuches de viaje. Tampoco se le deben colocar capuchones que encierren el cabezal. El sitio donde se guarde el cepillo debe ser lo más limpio y seco posible. Pues la humedad favorece el crecimiento de moho y la proliferación de bacterias que no son naturales en la boca.
Así mismo, el cepillo debe ubicarse lejos de los demás, o al menos que no contacten unos con otros.
Y aunque es común que el cepillo de dientes se guarde en el cuarto del baño, esto no es lo ideal y, mucho menos, cerca del inodoro.
Paso 3.
Verificar el estado del cepillo y cambiarlo cuando es necesario.
Observar el estado de las cerdas y el mango del cepillo de manera habitual permite reconocer cuándo este elemento está muy deteriorado. Y, por tanto, ya no es capaz de cumplir su función. Igualmente, los odontólogos recomiendan cambiarlo cada 3 meses.