Muchas veces nos cohibimos de ser como somos o hacer determinadas cosas por temor a las críticas. Es lógico, nadie quiere sentirse expuesto o juzgado y lo entendemos. Pero ¿qué pasa cuando nosotros mismos somos nuestros principales críticos?
Pasa mucho que, ante cualquier fallo o tropiezo, nosotros mismos somos quienes más duramente nos criticamos y es una conducta que a la larga no nos hace nada bien.
“¿Tienes tendencia a ser demasiado autocrítico? Las personas que son demasiado duras consigo mismas suelen ver justificada su autocrítica. Los perfeccionistas son especialmente vulnerables a esto”, señala la psicóloga Alice Boyes, en un post de Psychology Today.
Los expertos aconsejan ser más piadosos y comprensivos con nosotros mismos, ya que la perfección no existe y esas autocríticas solo generan más frustraciones.
Síntomas de que eres muy duro contigo mismo
La doctora habló sobre algunos signos típicos de las personas que están siendo muy duras consigo mismas:
- Te atacas a ti mismo por errores que tienen mínimas consecuencias.
- Sigues criticándote a ti mismo incluso después de haber corregido el error.
- Tu cuidado personal es continuamente desplazado por tu lista de tareas, dando más prioridad a eso que a ti mismo.
- Cuando alguien te trata mal, encuentras la manera de interpretar que la culpa fue tuya.
- Te sientes como un fracasado, incluso cuando tienes la mayor parte de tu vida en orden.
- Ves los errores de los demás como comprensibles, menos los tuyos.
Lee estos signos de alerta y trata de identificar si tienes alguno de ellos. Cuando estés sintiéndote mal, recuerda todos los aspectos positivos de tu vida y de tus acciones, para que tomes consciencia de eso y no te enfoques en lo negativo o en pensamientos tóxicos. Y, en cualquier caso, busca la ayuda de un psicólogo que te ayude a tratar estos pensamientos y conductas.