El planeta está cuenta con una amplia cantidad de distintos aromas y olores. Sin importar el continente, país o región, un nuevo estudio asegura que la mayoría de las personas en el mundo determinaron que el olor a vainilla es la más aceptada y agradable en el mundo.
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La investigación fue por parte de la Universidad de Oxford, Inglaterra, acompañado por el Instituto Karolinska de Suecia y publicada por la revista Current Biology.
Hallazgo
El análisis contó con 235 voluntarios de nueve países diferentes de diversas culturas, costumbres e historias, además de proceder de ámbitos muy dispares y tener niveles de ingresos diferentes, entre otros aspectos. “El objetivo fue averiguar si las personas de todo el mundo tienen la misma percepción del olor y si depende de la cultura. Tradicionalmente, se pensó que depende de la cultura, pero pudimos demostrar que no es así”, indicó Artin Arshamian, investigador del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska.
Gustos y olfatos
Los 235 participantes que clasificaron 10 aromas únicos en una escala de agradable a desagradable, colocaron el aroma de la vainilla en el primer lugar y en el segundo lugar el de los duraznos. Los olores a queso, jugo de manzana y pies sudados fueron los que más rechazados.
Artin Arshamian indicó que “ahora sabemos que hay una percepción universal de olor que es impulsada por la estructura molecular y eso explica por qué nos gusta o no nos gusta un cierto olor”. El siguiente paso es estudiar por qué esto es así vinculando este conocimiento con lo que sucede en el cerebro cuando olemos un olor en particular”.
Vainilla
La investigación también determinó que el olor de la vainilla produce calidez, suavidad, cuidado y evoca sentimientos de pureza y simplicidad. Por ejemplo, el término “vainilla simple” se usa para describir cualquier cosa que sea simple, sin adornos o pura.
En el pasado, data que aproximadamente desde el siglo XVII, los médicos la recomendaron a los pacientes masculinos para garantizar vigor sexual y por ejemplo los aztecas, mezclaron vainilla con chocolate y la ofrecieron como bebida a cualquiera que quisiera sentirse más “sensual”.