Definitivamente, las tecnologías han cambiado nuestras vidas, en especial, han modificado nuestra forma de relacionarnos en un mundo cada vez más digital signado por el aislamiento social debido a la pandemia Covid-19.
En ese sentido, podemos hablar de su aspecto positivo, específicamente del hecho de que la tecnología nos ha permitido comunicarnos con nuestros seres queridos, desde los más lejanos hasta los que se encuentran cerca, tal vez en la misma ciudad o calle.
No obstante, el aspecto tecnológico también ha perjudicado el desarrollo y estabilidad de muchas relaciones sentimentales. Veamos a continuación el por qué.
La tecnología nos une, pero también nos separa
“No en vano, se pueden utilizar los mismos medios para conocer a alguien fuera de la relación. En muchos casos, las redes sociales se han convertido en herramientas de los usuarios más celosos para espiar a sus parejas. Dicho estudio asegura que uno de cada tres usuarios de internet entrevistado admite espiar a su pareja online para ver qué hace”.
Absortos en la pantalla
Es común ver en un restaurante o café parejas sentadas uno frente al otro pero que no hablan entre sí, no se miran a los ojos por estar perdidos en sus teléfonos inteligentes. De hecho, sus reacciones faciales corresponden a lo que leen en la pantalla o escuchan a través de una nota de voz y no a la conversación que deberían sostener como pareja. Es decir, están cerca pero lejos.