Es común que cuando estemos cocinando necesitemos para nuestras preparaciones agua en proceso de ebullición. Razón por la cual, ponemos el agua a hervir en una olla o tetera y cuando está lista, ya hirviendo, para usarla la apagamos y nos olvidamos de ella porque nos distraemos con otras labores dentro o fuera de la cocina, o hasta con el mismo teléfono celular.
Pues resulta que cuando regresamos a buscar el agua, ya ésta se ha enfriado y cometemos el error de poner a hervir la misma agua nuevamente, en vez de buscar otra para comenzar el proceso de cero.
Pero… ¿Por qué es un error?
En el Portal Rebañando, encontramos una “pequeña lección de física y química”. A continuación, la compartimos contigo:
“Cuando se pone agua a hervir, los gases salen en forma de vapor. Sin embargo, este vapor contiene compuestos volátiles que, si el agua se enfría, se volverán a depositar en el agua y en su superficie. El problema es que, al volver a poner el agua a hervir, provocaremos una nueva modificación de estos compuestos y los haremos perjudiciales”.
“Y para colmo, estos nuevos compuestos nocivos ya no se liberan con el vapor, sino que permanecen en el agua y se concentran en ella”, apuntan en el mencionado portal.
¿Cuáles son estas sustancias nocivas?
-Nitratos
Son sustancias que, una vez sometidas a altas temperaturas, se vuelven potencialmente cancerígenas.
-Flúor
En dosis elevadas, también resulta tóxico y puede causar problemas neurológicos.
-Arsénico
El envenenamiento por arsénico puede causar cáncer, enfermedades cardíacas, trastornos neurológicos e infertilidad.
Recomendación
Esta agua que ya se enfrío y no te sirve para tu preparación, úsala en el lavado de platos o en regar las plantas, recuerda que el agua es un vital líquido que no debemos desperdiciar.