No importa si estás cansada o estresada, al abrir la puerta de tu casa y recibir el cariño de tu mascota es motivo suficiente para sacarle una sonrisa a cualquiera.
PUBLICIDAD
El amor incondicional que brindan las mascotas no sólo nos ayuda a disminuir el estrés y cambiar el humor, sino a mejorar la salud del corazón.
“Los perros están muy presentes. Si alguien está luchando contra una enfermedad, saben cómo sentarse y ser amorosos. Su atención se centra en la persona todo el tiempo”, dice la doctora Ann Berger, médica e investigadora del Centro Clínico National Institutes of Health (NIH) en Bethesda, Maryland.
En los niños, los vínculos que se establecen con una mascota pueden llegar a ser realmente intensos. Y esa relación trae implícito un bienestar.
Beneficio mental
En lo que respecta a la parte del bienestar mental, las mascotas nos dan cariño; no juzgan, ni nos cuestionan ni se ríen de nosotros. Y tampoco nos discriminan por nuestro aspecto físico o por lo errores que hemos cometido.
Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud en el departamento de psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, explica que, si analizamos la convivencia cotidiana entre los perros y las personas, vemos que existe un vínculo que otorga beneficios desde el punto de vista psicológico.
“Cuando se produce ese contacto, en muy poco tiempo se desarrolla un vínculo de forma bidireccional, se vinculan de diferente forma pero la vinculación es mutua. Es casi como una reacción química, como que pones juntos dos reactivos y no puedes evitar que no reaccionen entre ellos”, señala.
PUBLICIDAD
Estos son los beneficios concretos para el bienestar mental originados por tener mascota y cuidar de ella:
Alivian la depresión y evitan el sentimiento de soledad
Contar con una mascota en el hogar ayuda a que la persona se sienta más segura de sí misma y más protegida.
También ayuda a evitar los estados de depresión por sentimiento de soledad, ya que su compañía estimula el contacto físico y la comunicación.
Las personas deprimidas no sienten el deseo de relacionarse. Cuando una persona mantiene un vínculo con una mascota, tiene un motivo para levantarse de la cama.
Quizá no tenga ganas de hacer nada, pero sabe que debe darle de comer y en el caso de los perros, por ejemplo, sacarle a la calle.
Aumentan el sentimiento de felicidad
Los dueños de mascotas, tras compartir un rato de juegos, experimentan un aumento de oxitocina, se estimula la producción de serotonina y la dopamina, al mismo tiempo que el cortisol se disminuye.
Estas hormonas ayudan a disminuir los niveles de estrés y son un buen antídoto contra la depresión.
Reducen el estrés
El equipo de la psiquiatra Sandra Baker de la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU) midió las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de pasar un rato con ellos.
Estos estudios revelan que tener una mascota y acariciarla frecuentemente, ayuda a reducir los sentimientos de estrés, ansiedad y depresión.
Por lo que se aconseja acariciar, jugar, pasear e incluso hablar con las mascotas para despejar la mente y sentir bienestar.
Aumentan el sentido de la responsabilidad
Nos hacen responsables en su cuidado, y nos enseñan a plantearnos prioridades.
Son un compañero de juegos para los niños y niñas, crecer con una mascota es una oportunidad para enseñarles a ser responsables y a respetar a los animales.
Los perros, por ejemplo se convierten en unos maestros excelentes, fuente inagotable de estímulos que despiertan los sentidos del niño.
Mejoran la vida social
Con frecuencia, salir a pasear a la mascota es la excusa para conocer gente.
En los parques los dueños de perros coinciden. En oportunidades se acercan a acariciar a los cachorros y de allí surgen conversaciones sobre anécdotas o el cuidado de sus mascotas.
Refuerzan la autoestima
Los dueños de mascotas tienen más probabilidad de tener una mayor autoestima, según concluyeron los científicos de las universidades de Miami y Saint Louis.
Se ha observado también que niños y niñas con alguna dificultad de que leen en voz alta delante de su mascota refuerzan su seguridad y confianza en sí mismos, ya que las mascotas no se van a reír de cómo lo hacen o si se equivocan.