Tom Hanks, uno de los actores más versátiles y respetados de Hollywood, ha sabido cautivar al público con personajes que abarcan un amplio espectro emocional. A lo largo de su carrera, ha interpretado figuras que van desde el héroe valiente hasta el ser ambiguo, con una capacidad para reinventarse que lo ha llevado a trabajar con cineastas de diversas generaciones. De todas sus colaboraciones, su relación con Disney ocupa un lugar muy especial, ya que el actor ha formado parte de algunos de los proyectos más emblemáticos del estudio.
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A pesar de sus múltiples papeles exitosos, Hanks se ha mostrado crítico con la tendencia de analizar en exceso las películas clásicas de Disney desde una perspectiva filosófica o ideológica. En su opinión, lo que hace a estas películas tan poderosas es su capacidad para conectar emocionalmente con los espectadores, más allá de cualquier análisis intelectual. En este sentido, Pinocho se destaca como su película favorita dentro del catálogo de Disney, una obra que, para él, no solo tiene una gran maestría técnica, sino una narrativa valiente y profunda.
Un enfoque sobre el valor narrativo
Hanks ha expresado su escepticismo ante los intentos de interpretar las películas de Disney bajo lentes filosóficas o ideológicas. Aunque reconoce que estos filmes pueden dar pie a lecturas complejas, para él lo más importante es la habilidad de Disney para contar historias universales que conmueven al espectador. La clave de su éxito radica en cómo logran emocionar y conectar, sin recurrir a teorías complicadas sobre la sociedad o la psicología colectiva. De acuerdo con Hanks, desde las historias lineales de los primeros tiempos de Disney hasta las narrativas más introspectivas de producciones recientes como Intensa-Mente y Soul, lo que permanece es una conexión emocional genuina con la audiencia.
Toy Story y su influencia en la animación
Uno de los proyectos más relevantes de Hanks con Disney es la exitosa saga Toy Story, donde interpreta al vaquero Woody. Esta serie revolucionó la animación digital y estableció nuevos estándares en el cine infantil y familiar, abordando temas complejos como la amistad, el abandono y la pérdida. Incluso cineastas como Quentin Tarantino han elogiado la tercera entrega de la saga, a la que describió como “magnífica” y emocionalmente devastadora. Sin embargo, Tarantino también reconoció que la cuarta entrega no le causó el mismo entusiasmo, pues consideraba que Toy Story 3 cerraba perfectamente la historia.
Pinocho, una película con valentía narrativa
A pesar de su amor por Toy Story, Hanks sorprendió al declarar que su película favorita de Disney es Pinocho, estrenada en 1940. Basada en el cuento clásico de Carlo Collodi, Pinocho es conocida por su tono sombrío y sus profundas metáforas. Hanks destacó lo cautivadora, conmovedora y tensa que es la historia, enfocándose en cómo el protagonista enfrenta la pérdida de la inocencia. Según el actor, Walt Disney entendió que los aspectos más oscuros de los cuentos de hadas eran cruciales para crear relatos que resonaran tanto con niños como con adultos. En Pinocho, el joven protagonista abandona el hogar de su padre Geppetto y se ve atraído por personajes como Stromboli, lo que lo lleva a un mundo lleno de trampas morales.
Una de las escenas que más impactó a Hanks fue la transformación de Pinocho en burro, un momento que simboliza su pérdida de humanidad al sucumbir al hedonismo y la desobediencia. Hanks describió esta escena como “una experiencia aterradora” y comentó que la película no evita mostrar el castigo y la angustia como elementos esenciales en el camino hacia la madurez.
