Kim Kardashian atraviesa un momento difícil mientras lidia con las repercusiones de las declaraciones de Kanye West en redes sociales. La empresaria y estrella de reality, de 44 años, se siente abrumada por la necesidad constante de supervisar las acciones de su exmarido, especialmente cuando estas afectan a sus hijos.
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Fuentes cercanas han revelado que Kardashian está particularmente preocupada por la seguridad de sus cuatro hijos: North (11), Saint (9), Chicago (7) y Psalm (5).
Para Kim Kardashian la prioridad es la seguridad de sus hijos
Aunque la prioridad de Kim es que los pequeños mantengan una relación estable con su padre, le resulta angustiante que sus encuentros puedan verse empañados por situaciones inesperadas o poco seguras.

“Es frustrante para ella tener que estar siempre en alerta. Le parece ridículo necesitar a su abogado en marcación rápida cada vez que Kanye tiene un arrebato”, señala una fuente cercana.
La tensión se intensificó recientemente cuando Kim tuvo que intervenir en una visita entre West y su hija North. La empresaria interrumpió el encuentro tras recibir información de que Andrew Tate y su hermano Tristan Tate, polémicas figuras con antecedentes de acusaciones por delitos sexuales, estaban por unirse a la reunión.

Ante la situación, Kardashian solicitó una audiencia de custodia de emergencia, buscando garantizar un entorno seguro para sus hijos.
Además, la preocupación de Kim creció cuando West incluyó a North en una de sus producciones musicales sin previo aviso, algo que generó más controversia en redes. A esto se suman las recientes publicaciones del rapero en X, donde ha vuelto a compartir contenido antisemita y homofóbico, además de hacer acusaciones graves contra Kardashian y su familia.
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El pasado 14 de marzo, la expareja se reunió con sus abogados y un mediador para abordar estos conflictos. Sin embargo, las tensiones siguen en aumento, y Kim continúa buscando proteger a sus hijos mientras enfrenta el comportamiento impredecible de West.
Para ella, la prioridad es garantizar que los pequeños crezcan en un ambiente estable y seguro, lejos de la polémica que constantemente rodea a su padre.