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Dos temerarios subieron hasta la cima de un edificio de 30 pisos en Manhattan para tomarse una selfie

Las imágenes captadas de la hazaña pronto se volvieron virales, generando controversia y escepticismo.

Una hazaña muy riesgosa e impactante
Una hazaña muy riesgosa e impactante (Freepik)

El pasado lunes, dos intrépidos aventureros desafiaron la altura y el peligro al escalar hasta la cima de un edificio de 30 pisos en Manhattan con el propósito de tomarse una selfie impactante.

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Las imágenes captadas de la hazaña pronto se volvieron virales, generando controversia y escepticismo entre los administradores del lujoso condominio El Dorado, quienes alegaron que las fotografías eran falsas.

Dos temerarios subieron hasta la cima de un edificio de 30 pisos en Manhattan para tomarse una selfie

El debate se intensificó luego de que la dirección del edificio, ubicado en el Upper West Side, enviara una comunicación a sus residentes desestimando la veracidad de las imágenes y calificándolas como un “deep fake”.

Sin embargo, una investigación independiente realizada por The Post confirmó que las fotos eran auténticas. El responsable de capturar las impactantes escenas fue Jeff French Segall, un fotógrafo retirado de 82 años, quien aseguró que sólo utilizó herramientas de mejora para optimizar la calidad de las imágenes.

“Es insultante que cuestionen mi honestidad. Es perturbador que pongan en duda la veracidad de mis fotografías”, declaró Segall indignado.

Las imágenes, publicadas por el medio local West Side Rag, muestran a la pareja de temerarios parados en las diminutas torres gemelas de 12 pisos que coronan la estructura de 17 niveles. Con palos para selfies en mano, los aventureros posaron en posiciones arriesgadas, llegando incluso a recostarse sobre las puntas de las torres.

Segall relató que capturó la escena desde su apartamento en el piso 27, mientras tomaba fotografías del atardecer con su iPhone. Fue su esposa quien notó a los intrépidos escaladores. “Me dio escalofríos solo de verlos. No entiendo cómo pudieron hacerlo sin miedo”, confesó.

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Rápidamente, dejó su teléfono y tomó su cámara profesional para capturar las imágenes, las cuales posteriormente procesó en Photoshop y Lightroom antes de venderlas al medio que las publicó.

Pese a las dudas expresadas por la administración del edificio, la autenticidad de las imágenes ha sido corroborada, dejando en evidencia una de las selfies más arriesgadas captadas en la ciudad de Nueva York.

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