Con la noticia del fallecimiento de Gene Hackman a los 95 años, los fanáticos recuerdan su legendaria carrera, que llegó a su fin hace dos décadas. Aunque Hackman evitó el foco público tras su retiro, en 2009 compartió detalles sobre su decisión en una entrevista con Empire magazine.
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“La gota que colmó el vaso fue una prueba de esfuerzo que realicé en Nueva York,” reveló Hackman. “El médico me aconsejó que mi corazón no estaba en condiciones de soportar ningún tipo de estrés.” Esta preocupación por su salud lo llevó a dar un paso al costado de la actuación en 2004.
Hackman también mencionó en una entrevista de 1999 con Charlie Rose que la vida en Nueva York había sido particularmente dura para él en sus primeros años. “Fue una época de cucarachas para mí,” confesó, dejando claro que no estaba dispuesto a regresar a los escenarios.
En 2011, durante una conversación con GQ, Hackman bromeó diciendo que solo volvería a actuar si pudiera hacerlo desde su casa y sin molestias. “En mi propia casa, quizás, sin que toquen nada y con solo una o dos personas,” comentó.
Su última aparición en el cine fue en 2004 con “Welcome to Mooseport”, tras lo cual se alejó discretamente del medio.
En 2008 confirmó su retiro a Reuters: “No he hecho una conferencia de prensa para anunciarlo, pero sí, ya no actuaré más.”
A lo largo de su carrera, Hackman fue reconocido por sus icónicos papeles en “The French Connection”, “Superman”, “Hoosiers” y “The Royal Tenenbaums”. En 2003, fue honrado con el premio Cecil B. DeMille en los Globos de Oro, declarando con orgullo: “Nunca quise ser otra cosa que un actor.”
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Fuera de la actuación, Hackman también exploró la literatura, escribiendo dos novelas en solitario y coescribiendo tres más con su vecino y amigo Daniel F. Lenihan. Además, pasó gran parte de su retiro dedicado a la pintura y al arte.
El miércoles 26 de febrero, Hackman fue hallado sin vida junto a su esposa Betsy Arakawa y su perro en su hogar de Santa Fe, Nuevo México.
