La película El milagro del padre Stu, protagonizada por Mark Wahlberg, ha capturado la atención del público en Netflix con una historia que parece sacada de la ficción. Sin embargo, el filme está basado en la vida real de Stuart Long, un hombre que pasó de ser boxeador a sacerdote tras un giro inesperado en su vida.
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Antes de encontrar su vocación religiosa, Stuart Long fue un boxeador amateur con una prometedora carrera en el ring. Durante sus años universitarios, representó a Montana en el campeonato Golden Gloves de 1985, un prestigioso torneo de boxeo amateur en Estados Unidos. Sin embargo, su trayectoria deportiva se truncó de manera abrupta cuando sufrió una fractura de mandíbula en un combate, lo que lo obligó a abandonar el boxeo.
Tras dejar el deporte, Long decidió mudarse a Los Ángeles con la esperanza de triunfar como actor. Aunque logró conseguir pequeños papeles como extra en comerciales y producciones, nunca logró alcanzar la fama que buscaba. Para mantenerse económicamente, trabajó en diversos empleos, incluyendo cantinero, personal de seguridad y gerente de un museo de arte.
Las diferencias entre la película y la realidad
Aunque El milagro del padre Stu sigue de cerca la vida de Stuart Long, la película toma ciertas libertades creativas. Una de las principales diferencias es la representación de la relación familiar del protagonista. En la película, se muestra un distanciamiento y tensiones con sus seres queridos, mientras que, en la vida real, Long siempre mantuvo una relación cercana con su familia. Sin embargo, sí vivió la pérdida de un hermano a causa de meningitis en su juventud, un hecho que marcó su vida.
El giro más inesperado en la vida de Stuart Long ocurrió después de un grave accidente de motocicleta. Este evento lo llevó a reflexionar sobre su propósito y, finalmente, a encontrar su vocación religiosa. A pesar de las dificultades, logró ordenarse como sacerdote y dedicó su vida al servicio de los demás.
El desenlace de su historia es tan conmovedor como su transformación. Stuart Long fue diagnosticado con miositis por cuerpos de inclusión, una enfermedad degenerativa que afectó gravemente su movilidad. A pesar de su condición, continuó ejerciendo sus responsabilidades religiosas con el apoyo de sus amigos y feligreses. Finalmente, falleció en 2014 en su ciudad natal, Helena, Montana, a los 50 años.