Adam McKay, director de la sátira Don’t Look Up, ha revelado que la película fue vista por un estimado de 400 millones a 500 millones de personas en Netflix, a pesar de ser “odiada” por críticos y figuras culturales influyentes. El filme, protagonizado por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, se convirtió en un fenómeno global tras su estreno en 2021, destacándose como una metáfora sobre el cambio climático y la desinformación.
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Aunque la crítica fue en gran parte negativa, Don’t Look Up logró posicionarse como número uno en 85 países, desde Pakistán y Vietnam hasta Uruguay y Estados Unidos. McKay destacó que esto es raro para una comedia, género que generalmente se limita por referencias culturales regionales. A pesar de la polémica, la película recibió una nominación al Óscar a Mejor Película y se consolidó como la segunda producción original más vista en la historia de Netflix, con 171.4 millones de visualizaciones iniciales.
McKay explicó que el público conectó con la temática central del filme: la sensación de ser engañados por líderes, medios de comunicación e industrias. Según el director, este sentimiento de desconfianza es una experiencia compartida en el contexto del actual sistema económico global. Este mensaje, dijo, fue clave para el éxito de la película, que capturó la ansiedad colectiva sobre problemas sistémicos como el cambio climático.
Polémica en redes sociales
La recepción del filme generó debates encendidos en plataformas como X (antes Twitter). McKay fue criticado por sugerir que quienes no disfrutaron la película eran indiferentes al cambio climático, un argumento que negó rotundamente. En entrevistas posteriores, aclaró que valora la crítica apasionada y el debate, subrayando que nunca insinuó que los detractores de la película fueran insensibles a los problemas ambientales.
Don’t Look Up sigue a dos astrónomos que intentan alertar al mundo sobre un cometa que destruirá la civilización. La película utiliza esta premisa para abordar temas como la negación de la ciencia, la manipulación mediática y la falta de acción frente a crisis globales. A pesar de la controversia, su mensaje resonó con millones de espectadores, reafirmando su relevancia cultural.