El renombrado cineasta Adam McKay ha levantado una alerta sobre la icónica producción teatral “Wicked”, sugiriendo que podría enfrentar la prohibición en los Estados Unidos en un plazo de 3 a 5 años si el país continúa en la dirección política actual.
McKay, conocido por sus películas con fuertes mensajes políticos como “Don’t Look Up” y “Vice”, expresó su inquietud en redes sociales acerca de la posible censura de la película debido al rumbo que está tomando América en términos políticos.
En sus comentarios, Adam elogió la primera parte de “Wicked” por su audacia narrativa y su exploración de temas como la radicalización frente al oportunismo, el fascismo y la propaganda.
Destacó que la película llega en un momento en el que Estados Unidos se encuentra en una coyuntura de creciente polarización y manipulación mediática, lo que podría afectar su recepción y hasta su viabilidad en el futuro. Aunque reconoció que la producción teatral y el libro en los que se basa la película son más antiguos, McKay señaló que la coincidencia temporal es significativa.
El cineasta comparó “Wicked” con otras películas consideradas radicales en su momento, como “The Bridge on the River Kwai”, “The Sound of Music”, “The Searchers”, “Citizen Kane” y “The Hunger Games”, resaltando su naturaleza provocativa y su potencial impacto social.
Asimismo, mencionó que su hija le recomendó el libro en el que se basa la historia, destacando su carácter sorprendente y sugiriendo su lectura para comprender mejor el trasfondo de la trama.
Reconocimiento a Ariana Grande
En cuanto al elenco, Adam elogió la actuación de Grande en el papel de Glinda, calificándola como una interpretación excepcional digna de reconocimiento en cualquier género.
Además, señaló que “Wicked” se perfila como una posible nominada a Mejor Película en los premios Oscar, tras haber recibido nominaciones en los Globos de Oro en las categorías de mejor musical/comedia y actuaciones destacadas de Cynthia Erivo y Ariana Grande.
Estas declaraciones de McKay han generado debate en torno a la libertad artística y la sensibilidad política en la industria del entretenimiento, planteando preguntas sobre el futuro de producciones controvertidas en un contexto social polarizado.