El mundo del cine despide a Jim Abrahams, el legendario guionista y director que redefinió la comedia con un estilo único lleno de parodias y humor absurdo. Abrahams falleció a los 80 años por causas naturales en su hogar de Santa Mónica, según confirmó su hijo, Joseph, al medio The Hollywood Reporter.
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Nacido el 10 de mayo de 1944 en Shorewood, Wisconsin, Jim Abrahams formó junto a los hermanos Jerry y David Zucker el icónico trío creativo conocido como ZAZ (Zucker-Abrahams-Zucker). Su fórmula era clara: humor rápido, chistes visuales y diálogos absurdos, todo aderezado con un enfoque en el contraste cómico.
El mundo de la comedia pierde a uno de sus grandes genios y pioneros de los 80, Jim Abrahams
El trabajo de Abrahams marcó un antes y un después en la historia del cine, comenzando con “The Kentucky Fried Movie”, estrenada en 1977 y consolidándose con “Airplane”, el gran éxito de 1980. Esta última, una sátira de los dramas aéreos, se convirtió en un clásico al recaudar más de 83 millones de dólares con un presupuesto de apenas 3.5 millones.
Una de sus decisiones más revolucionarias fue elegir actores conocidos por roles dramáticos, como Leslie Nielsen, para interpretar personajes en contextos hilarantes, algo que demostró ser clave en el desarrollo de su humor. Este enfoque no solo revitalizó carreras, sino que también estableció un estándar en las comedias de parodia, como fue el caso del mismo Nielsen.
Además del éxito de “Airplane”, Abrahams destacó con obras como “Police Squad!” de 1982, que dio origen a la exitosa película “The Naked Gun” de 1988. También dirigió las “inolvidables Hot Shots!” en 1991 y “Hot Shots! Part Deux” en 1993, burlándose de películas como “Top Gun” y “Rambo”.
El inmenso legado de Jim Abrahams
El legado de Abrahams no se limita al cine. En 1994, fundó la Charlie Foundation, inspirada por la lucha de su hijo contra la epilepsia, demostrando su compromiso con causas humanas más allá de la pantalla.
El cineasta deja una huella imborrable en la comedia y en la vida de quienes disfrutaron de su humor único. Le sobreviven su esposa Nancy, sus hijos Joseph, Jamie y Charlie, y sus nietos. El mundo del entretenimiento no olvidará su contribución al arte de hacer reír y su capacidad de transformar lo absurdo en un lenguaje universal.