Tal como ocurrió con Brendan Fraser, Hollywood ha recibido de vuelta a Pamela Anderson bajo sus reflectores y el cariño de la gente. Presentando su nuevo filme, The Last Showgirl, en el Festival de Cine de San Sebastián la estrella mejor conocida en los años 90 impacto con su nueva apariencia, al ‘estilo natural’.
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Junto a la directora Gia Coppola, Anderson, que ya venía de recibir elogios por su interpretación en Toronto, donde incluso llegaron a pedir para ella una nominación al Oscar, volvió ser de lo más destacado en el festival.
Anderson conquistó San Sebastián en la última jornada del festival, donde se abrió a los medios. “Me he perdido algunas décadas. De Los vigilantes de la playa y Playboy hasta ahora es como si no recordara lo que ha pasado en medio. Ha sido una bendición que llegara este proyecto, nunca es demasiado tarde. Yo estaba en el jardín haciendo mermeladas cuando me llamaron. Siempre he sabido que era capaz de hacer mucho más y pensé que quizás esta era la única oportunidad de hacer un papel así, pero ahora, a mi edad, sé que puedo hacerlo”, dijo en la rueda de prensa del filme.
¿Cómo lució Pamela Anderson en su deslumbrante regreso a los focos de Hollywood?
Anderson llegó a la proyección del estreno con un vestido largo de color rosa con unas mangas tan largas que incluso llegaban a cubrir sus manos. El modelo se completaba con un broche plateado en la zona del escote y con un moño alto que sacaba a relucir su mirada.
Sin embargo, lo más llamativo fue que, como ya es habitual desde hace un tiempo, la actriz de ‘Los Vigilantes de la Playa’, no llevaba maquillaje. “Tengo 57 años y mucha parte de mi carrera se ha basado en mi físico. Ahora he podido quitarme las capas de lo físico, eliminar la manera en que me ve la gente y mostrar lo que siento de mí misma”, recalcó en la rueda de prensa.
El tercer film de Gia Coppola, del clan al que pertenece también la realizadora Sofia Coppola, muestra a Pamela Anderson como una experimentada bailarina de Las Vegas que debe redefinir su futuro cuando cierra abruptamente el espectáculo en el que trabaja.
