Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones forman una de las parejas más emblemáticas de Hollywood, pero su historia de amor no empezó con el pie derecho. En 1998, ambos se conocieron en el Festival de Cine de Deauville, en Francia, donde Douglas buscaba la oportunidad de conocer a la talentosa actriz galesa. En una reciente entrevista, el actor de 79 años reveló los pormenores de esa primera cita que tuvo un inesperado giro, con Antonio Banderas como el puente entre ellos.
Douglas, quien asistía al festival para promocionar su película Un crimen perfecto, había quedado impresionado por Zeta-Jones tras verla en La máscara del Zorro, donde compartía pantalla con Banderas. Motivado por su interés en ella, le pidió a su asistente que investigara si Catherine estaría presente en el festival. Cuando confirmó que la actriz asistiría a la proyección de su película, Douglas aprovechó la oportunidad y, con la ayuda de Antonio Banderas, consiguió que lo presentaran.
Así fue la primera cita de Michael Douglas con Catherine Zeta-Jones, ayudado por Antonio Banderas
Sin embargo, la primera cita no fue como esperaba. Douglas, quizá demasiado entusiasta, le dijo a Zeta-Jones que él se convertiría en el padre de sus hijos, lo que provocó una reacción incómoda por parte de la actriz.
Catherine rápidamente puso fin a la conversación con una despedida cortés, dejando claro que no estaba impresionada por su comentario. “Es un placer conocerte, pero creo que es hora de que diga buenas noches”, le dijo Zeta-Jones, según recordó Douglas.
A pesar del mal comienzo, Douglas no se dio por vencido. Días después, se disculpó enviándole un ramo de flores, un gesto que eventualmente ablandó a la actriz. Fue en la primavera de 1999 cuando Catherine aceptó la invitación de Douglas para pasar unos días en su casa en Mallorca, S’Estaca. A partir de ahí, su relación floreció, culminando en su boda el 18 de noviembre del 2000. Aunque muchos dudaban de la durabilidad de la relación debido a la diferencia de edad —Catherine tenía 31 años y Douglas 56 cuando se casaron—, el tiempo ha demostrado lo contrario.