La trágica muerte de Matthew Perry, conocido por su icónico papel como Chandler Bing en la serie “Friends”, ha revelado la sombría realidad de su batalla contra la adicción. Según recientes informes judiciales, el actor de 54 años gastaba alrededor de 55 mil dólares mensuales en ketamina.
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El actor usaba la sustancia para tratar la depresión y la ansiedad, pero que terminó llevándolo a una dependencia incontrolable. Originalmente desarrollada como anestésico, ha ganado popularidad en los últimos años como tratamiento alternativo para trastornos mentales como la depresión resistente. Sin embargo, el uso recreativo y no supervisado de esta sustancia conlleva graves riesgos, algo que Perry experimentó de manera devastadora.
La adicción a la Ketamina acabó con Matthew Perry
El actor, que ya había sido abierto sobre sus luchas con la adicción a lo largo de su vida, estaba recibiendo terapia de infusión de ketamina bajo supervisión médica. Sin embargo, los documentos judiciales revelan que Perry comenzó a buscar dosis no supervisadas, lo que lo llevó a desarrollar una dependencia que se volvió incontrolable.
Según la acusación, Perry se inyectaba ketamina de seis a ocho veces al día, un comportamiento que fue facilitado por su asistente personal, Kenneth Iwamasa, y el Dr. Salvador Plasencia. El día de su muerte, Perry recibió tres inyecciones de ketamina en un lapso de seis horas.
Su asistente, Iwamasa, administró la primera dosis a las 8:30 a.m. y la segunda a las 12:45 p.m., mientras el actor veía una película. Antes de salir a hacer recados, Iwamasa le administró una tercera dosis, tras la cual Perry le pidió que preparara el jacuzzi. Fue en este lugar donde Iwamasa encontró a Perry sin vida al regresar a la casa.
Matthew Perry pasó sus últimos meses completamente enchachado a la ketamina
La Fiscalía ha acusado a cinco personas en relación con la muerte de Perry, incluyendo a su asistente y al Dr. Plasencia, quien según los fiscales, le proporcionó la ketamina y enseñó a Iwamasa a administrarla, a pesar de que este último no tenía formación médica.
La autopsia reveló que los niveles de ketamina en el cuerpo de Perry eran equivalentes a los utilizados en anestesia general durante una cirugía, lo que subraya la gravedad de su adicción. La fiscalía también señaló que en las semanas previas a su muerte, Perry había intentado obtener ketamina de múltiples fuentes, gastando sumas exorbitantes en su adicción.