La inquietante docu-serie “Sin cerrojos: Un experimento carcelario” de Netflix ha capturado la atención de los espectadores al presentar un experimento social único en Arkansas.
En este arriesgado proyecto, los realizadores dejaron las puertas de las celdas abiertas durante seis semanas en la prisión regional Pulaski, desafiando a los reclusos a autogobernarse sin supervisión.
Bajo la dirección del sheriff Eric Higgins, defensor de la reforma carcelaria, los internos tomaron decisiones por sí mismos en un entorno sin seguridad tradicional.
Detalles de la miniserie
A lo largo de ocho cautivadores capítulos, la serie muestra los altibajos de esta audaz iniciativa, desde momentos de camaradería hasta enfrentamientos violentos. Aunque los reclusos fueron monitoreados externamente cuando los guardias no estaban presentes, surgieron desafíos inesperados, incluidas peleas y disputas.
El documental también explora las implicaciones legales y éticas de este experimento, cuestionando la autoridad del sheriff Higgins y generando debates sobre la reforma del sistema penitenciario.
El sheriff Eric Higgins, protagonista principal, es un demócrata que siempre ha sido un verbal defensor de la reforma carcelaria en Estados Unidos, y con quien la productora Lucky 8, experta en este tipo de documentales, se puso en contacto
A medida que la serie desentraña la complejidad de la vida tras las rejas, los espectadores se ven inmersos en un mundo desconocido y lleno de tensiones.
Con imágenes impactantes y testimonios reveladores, “Sin cerrojos: Un experimento carcelario” ofrece una visión sin filtros de la realidad carcelaria, desafiando las percepciones convencionales y generando reflexiones sobre el poder, el control y la rehabilitación en el sistema penitenciario contemporáneo.
La miniserie de reclusos en la cárcel de Pulaski de Arkansas, consta de 8 capítulos, cada uno con una duración de 45 minutos.