A sus 65 años, la reconocida actriz Sharon Stone no tiene miedo de mostrar sus arrugas y de hablar sobre su edad. No sólo muestra desinhibida los pliegues en su piel, sino que parece disfrutarlos, reconociendo que no celebrarlos es como ser ingrato ante la vida, pues sólo envejecen quienes están vivos.
En entrevista concedida a UK Times, la estrella de Hollywood destacó que conoció a muchas personas que no lograron envejecer, porque murieron. Por eso, ella disfruta sus arrugas, las cuales muestra sin Botox y hasta en bikini.
“Hurra. Faltan dos meses exactos para mi cumpleaños y seré aún mayor… Me gusta estar viva y sana. Creo que todos deberíamos estar muy emocionados de lograrlo porque he sido testigo de cómo muchas personas no lo lograron”, expresó Sharon Stone al citado medio.
Ante un mundo donde cada vez son más quienes se aplican tratamientos estéticos y cirugías para ocultar sus arrugas y esconder su edad, la artista manifestó que “creo que las personas que se avergüenzan de ser mayores son simplemente estúpidas e ingratas”.
No es de extrañar, que la actriz festeje el hecho de estar viva, pues en octubre de 2023, ocupó los titulares de la farándula al confesar que en el 2001 tuvo un derrame cerebral, que la dejó afectada, al punto que actualmente, es una discapacitada, y por eso, no ha trabajado más en la industria del cine.
“Necesito ocho horas de sueño ininterrumpido para que mi medicación funcione y no tener convulsiones, soy una discapacitada, y por eso no me contratan mucho”, confesó la artista, destacando que mantuvo su enfermedad en oculto por motivos de trabajo.
Sharon Stone en el amor
A sus más de 60 años, Sharon Stone, quien ha estado casada tres veces, dijo a The Times que el 2024 “es el año en el que quiero enamorarme, al cien por cien”. Expuso a este medio que se hartó de las experiencias tradicionales de citas, y que por eso, acudió a las aplicaciones de citas online.
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Contó que como parte de estas aplicaciones de citas, conoció a un convicto y a un adicto a la heroína, el encuentro con este último sólo duró unos minutos en el Hotel Bel-Air de Los Ángeles. “Lo siento, no puedo quedarme”, le dijo al hombre, mientras estaban sentados ante la mesa de un restaurante en el hotel.
Relató que durante la pandemia estuvo hablando con varios hombres, y que a algunos de ellos, les ayudó prácticamente como terapeuta por las separaciones que ellos estaban atravesando, algo que la hizo sentir satisfecha.