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Maribel Guardia habla de la muerte de su hijo Julián Figueroa: “Dios me lo dio y Dios me lo quitó”

“No hay dolor más grande que enterrar a un hijo”, dijo Guardia a los medios de comunicación

Maribel Guardia
Maribel Guardia

Desde el pasado 9 de abril, México vive un luto tras la muerte de Julián Figueroa, único hijo de Maribel Guardia junto a Joan Sebastian. La inesperada muerte de Julián conmovió a todo un país, ya que tenía 27 años de edad, estaba casado y dejó en orfandad a un niño de cinco años.

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Maribel Guardia e Imelda Garza Tuñón

Julián Figueroa murió a causa de un infarto y su madre no había dado declaraciones de lo sucedido, pues vive el dolor de la partida física de su hijo junto a su nuera.

Recientemente, y en medio del dolor, Maribel Guardia rompió en llanto al conversar sobre la muerte de su hijo. Acompañada de su nuera, Imelda Garza Tuñón, se reunió los medios que la esperaban a las afueras de su casa y reveló la razón por la que la viuda y su madre decidieron no realizar ningún acto con cuerpo presente.

¿Por qué Julián no tuvo sepelio?

La primera razón que motivó a Tuñón y a Guardia fue no causarle un trauma al pequeño José Julián, quien apenas tiene 5 años:

“Necesitábamos vivir este dolor en familia con la gente que realmente conoció y amó a Julián. El día de ayer fue muy importante para nosotros. Vivir este duelo que yo sé que apenas está empezando, nos falta mucho camino por recorrer. Era mi amor, el niño de mis ojos y ha sido muy duro perderlo, pero Dios me lo dio y Dios me lo quitó, así que lo entrego en sus manos”, dijo Maribel.

“No hay dolor más grande que enterrar a un hijo”

Les pidió a los medios de comunicación orar por su hijo fallecido: “Rueguen mucho por nosotros para que podamos tener valor... Y le pido a Dios que a sus hijos los vean crecer, los vean casarse, y tener nietos, y (que los vean) triunfar y que sus hijos los entierren a ustedes”.

Pero las frases conmovedoras llegaron cuando rompió en llanto: “No se lo deseo a nadie, que Dios los guarde en la palma de su mano”, “no hay dolor más grande que enterrar a un hijo” y “Dios me lo dio y Dios me lo quitó”.

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