“From Scratch” fue un libro con gran éxito en ventas, luego de unirse al Club de Lectura de Reese Witherspoon. Por eso su adaptación televisiva representada un reto muy grande para todo el equipo de grabación, en especial para la actriz Zoe Saldaña.
PUBLICIDAD
Saldaña tuvo la gran responsabilidad de interpretar el papel principal de Amy, quien no es más que la propia Tembi Locke, escritora del libro, quien relató sus propias memorias de amor.
‘From Scratch’ es una historia que Netflix llevó a la pantalla, donde se refleja el amor entre Amy, una estudiante estadounidense que vive en Italia, donde conoce y se enamora de Lino. Cuando Lino enfrenta problemas de salud y el futuro de la pareja se ve amenazado, las dos familias se unen.
La sentida historia cuenta con la dirección de la hermana de la escritora de Attica Locke, quien ayudó a Saldaña en su proceso de interpretación.
[Te recomendamos leer: ¡Ya se siente el espíritu navideño! 5 películas que puedes ver en Netflix]
Desafíos para Saldaña
En una entrevista con Variety, la actriz explicó cuáles eran los retos en los que se enfrentaba personificando ese papel.
“Después de que Reese habló conmigo sobre el libro, yo, obviamente, tenía mucha curiosidad y había experimentado dolor y pérdida, pero desde la perspectiva de un niño, tenía 9 años cuando perdí a un padre y eso fue muy difícil”, dice Saldaña. “Puedo volver a visitar esas sensaciones del ojo de mi mente infantil, pero nunca supe cómo debe haber sido para mi madre, perder a una pareja, perder su viaje o morir y perder al amor de su vida: su amante, su mejor amiga, su todo y luego tener que no solo atender su pérdida y su dolor. pero también entonces tiene que ser esta adulta que todavía tenía que estar alegre y ser feliz y ser reutilizada por el bien de estas tres pequeñas almas que solo la miraban como, ‘¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos?’ Eso fue bastante doloroso de revisar”.
PUBLICIDAD
La selección de Saldaña se debió a varias razones, entre las más destacadas era el haber enfrentado las situaciones en las que ‘Amy’ también se había enfrentado.
“Hubo mucha presión, no voy a mentir. Estaban allí, presentes todos los días, y no importa cuánto quieras tomar posesión de tu propio arte y lo que estés haciendo, cuando cuentas la historia de otra persona, eso tiene precedente”, dice Saldaña. “Eso era, ante todo, el pensamiento cada mañana caminando al trabajo, sabiendo que no éramos más que meros recipientes que nos prestábamos para contar la historia de otra persona. Por lo tanto, lo que tenían que decir, lo que tenían que sentir, siempre era la prioridad. Estábamos manteniendo espacio para eso. No fue fácil en todo momento”.