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Esta escena fue eliminada de “Anatomía de un escándalo”

El thriller judicial riñe entre la ficción y la realidad. Se está llevando la atención en Netflix. Una escena se grabó pero no salió.

En apenas una semana, la miniserie británica Anatomía de un escándalo le ha arrebatado el primer puesto a Élite y promete seguir acaparando la atención con su truculenta trama creada, entre otros, por el exitoso David E. Kelley, responsable también de series como The Undoing y Big Little Lies.

La producción está basada en la novela homónima de Sarah Vaughan y cuenta la historia de “un político acusado de un crimen escandaloso, una esposa que quiere creerle y una abogada segura de que miente”. El equipo a cargo de llevarla a las pantallas hizo ciertos giros dramáticos, le imprimió mucha actualidad y un minucioso trabajo de investigación documental que a ratos llega a parecer una obra de no ficción.

Parte del atractivo de Anatomía de un escándalo tiene que ver con el contexto que puede ser muy similar en diferentes culturas, como la impunidad de los poderosos, la manipulación y la doble moral.

Una denuncia desata la historia

“Uno de los personajes más importantes es el de Olivia Lytton, que es interpretado por Naomi Scott. Su rol es central debido a que, alerta spoiler, es la que desencadena el escándalo de la historia al acusar a James Whitehouse (Rupert Friend) de abuso y agresión sexual”, citó Quever.news.

Scott reveló que hay una escena que fue grabada y que, sin embargo, no llegó al corte final de la serie. “Se trata de una parte de la historia en la cual se sabe qué es lo que ocurrió con ella en su vida privada. Al respecto, dijo que la eliminación de esta escena es justificada ya que no quedaba bien con el resto del material”, reseñó el medio.

El infiel de la historia es James Whitehouse (Rupert Friend), un miembro del parlamento británico que mantiene una relación extramatrimonial, pero sale a la luz sacudiendo por completo su vida. Por si fuera poco, Whitehouse es acusado de violación. “Su esposa Sophie (Sienna Miller) permanece a su lado, convencida de que es inocente y aguantando el chaparrón mediático”, precisa una nota se Sensacine.

Una visión a la cultura británica

“Leí tanto el Daily Mail como el Mirror y traté de absorber su amplitud. Lo que fue interesante para mí como extranjera fue ver qué papel juega la clase en la cultura y [en Gran Bretaña] siempre lo ha hecho de una manera que no es exactamente igual [a Estados Unidos]. Parece mucho más una entidad fija. Si naces en cierta parte de la sociedad, las oportunidades se te cierran. Por eso fue importante no adaptar la historia y trasladarla a los EE. UU., perdería gran parte de su riqueza”, asegura Melissa James Gibson, co-creadora.

Por los momentos esta miniserie de seis episodios está dando la hora en Netflix, el principal servicio de entretenimiento por streaming en el mundo, con un alcance global de 222 millones de personas en 190 países.

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