El actor argentino Julián Gil ha sido noticia recientemente por varios motivos, uno de ellos es su diagnóstico de cáncer de piel, una enfermedad tratable pero que demandará muchos cuidados y la atención debida por parte del intérprete de “La Herencia”.
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En entrevista con Yordi Rosado, Gil tocó un difícil momento de su juventud, al recordar que sus padres fueron víctimas de dos adicciones terribles: El alcohol y el cigarrillo.
El actor de 51 años explicó que su papá era un alcohólico, y eso trajo problemas familiares, incluso su mamá también bebía y comenzó a fumar, vicios que no pudieron abandonar.
Una vida de pobreza
Nació en Argentina en un hogar con muchas carencias económicas. A los 9 años se fue a Venezuela buscando un mejor futuro.
“En Venezuela estuvimos hasta los 15 años y luego pasé más de 20 años en Puerto Rico”. El actor recordó que en Venezuela pasó buena parte de su infancia, una época en la que jugaba fútbol, veía “El Chavo del 8″ religiosamente, también la serie animada Heidi y esas teleseries lo trasladan todavía a sus primeros recuerdos.
“Mi primera hija nació en Puerto Rico, fue una isla que conectó mucho conmigo. Llegamos ilegales a Puerto Rico con una visa de turistas y nos quedamos porque mi tía estaba enferma, le dio un derrame cerebral, ella vivía allá y mami decidió cuidarla”, contó.
“Todo lo que vive cualquier inmigrante lo vivimos”, confesó. “Yo tenía que trabajar con 16 años y usaba papeles de un primo para poder hacerlo”, recordó.
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Gil precisó que trabajó en un valet parking, lavó platos en un restaurante, y limpiaba un prostíbulo. “Limpiaba las sábanas, los baños, recogía condones y todo eso”. Poco después, cuando su mamá se enteró, le ordenó que no siguiera trabajando en ese lugar. Luego se fue a trabajar cuidando autos.
El alcoholismo de sus padres
“Creo que no conozco a nadie en la vida que le haya dado tanto y tanto amor a sus hijos y haya luchado tanto. De no haber sido por el p*..
alcohol, yo la podría haber tenido en vida”, citó Milenio al recordar a su mamá.
Gil lloró ante las cámaras al recordar que sus padres bebían desde la mañana, era testigo de la imposibilidad que tenían para abandonar el alcohol. “Los vi luchar, pero no pudieron. Mi mamá fue a Alcohólicos Anónimos, a clínicas, pero no podía, ella era más agresiva. Mi papá era más noble pero siempre estaba borracho”, confesó.
Aseguró que su papá también tenía problemas con el alcohol. Cuando Julián Gil tenía 13 años sus padres se separaron y el padre se regresó a Argentina. Lo volvió a ver, pero estaba muy mal de salud, hospitalizado. “Tenía varios días muy mal, pero pude hablar con él, de decirle que lo quería. Siento que me estaba esperando”.
Su madre murió en el año 1999 por enfisema pulmonar, ya que fumaba mucho. “Los últimos años que recuerdo es de ella durmiendo sentada con un tanque de oxígeno”.
Julián Gil dijo sentir resentimiento y rabia hacia el alcohol, porque de no ser por ese vicio, hubiese tenido a sus padres vivos.
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